Un solo Ikín no habla por sí solo, le hace falta sus 15 hermanos para poder interactuar y sacar a la luz el mensaje de Ifá, de los Òrìsàs…
Miami 1 de Junio de 2015.
El Bàbáláwo siempre tiene que estar activo, estudiando, aprendiendo y practicando Ifá, pero sobre todo compartiendo entre hermanos, quienes multiplican la alegría y dividen las angustias a la mitad. El tener una verdadera hermandad entre hombres sinceros hace posible la unión, y de la unión entre seres inteligentes, estudiosos, con trayectoria, experiencia; sobre todo con una moral intacta, no solo se comparte el aprendizaje, se comparte entre humanos que ya han sido puestos a prueba como hombres y como sacerdotes, y son esos quienes a través del tiempo y sus gentiles actuaciones demuestran que cualquier fuerza o poder sino se basa en la unión sincera es débil.
Compartiendo entre hermanos, entre mayores, el pasado fin de semana. Una ceremonia trascendental sin el aval de mayores con conocimiento y una moral intachable, es una ceremonia carente de secretos, donde caben los inventos, donde el destino del que hace el sacrificio como de los mismos presentes puede quedar como un barco a la deriva. No es el tener testigos prominentes en la ceremonia, es disponer de los secretos que no están en los libros, tampoco en internet, para poder descifrar correctamente el mensaje de Ifá, el mensaje de los Òrìsàs. La disciplina, la ética, la humildad y la buena moral engrandecen a un sacerdote, sea Olorisa o sea Bàbáláwo.
De derecha a izquierda –de pie- José ‘Cuco’ Rodríguez Oluwo Oturuponkana, Oscar Espinoza Ogundafun, Adalberto Odimoni, Omar Ruyol Ofunnagbe, Heriberto Molina Oluwo Odika, Jorge Ortiz Ogbetua, Rafael Molina Oluwo Ifasemu, Iván Morales Oshenilogbe y Fernando Molina Iworiboka. De derecha a izquierda -parte inferior- Fernando Salazar Awo Ifágbemi.
FRATERNIDAD IFA DE LAS AMERICAS