
Enero 4 de 2015
Destacando una antigua breve nota, pero considerada de importancia para todos los religiosos desde este comienzo de año…
En nuestra religión los Padrinos –Bàbáláwos u Òlorìsàs- o Madrinas –Iyalosas- entre sus responsabilidades tienen el orientar correctamente al Ahijado, el cual llamamos Aleyo –Alejo que significa “visitante”- sin embargo hay ahijados que no son aleyos ya que han pasado por iniciaciones sacerdotales, pero siguen siendo ahijados. Todos los sacerdotes de Ifá u Oosa somos padrinos (cuando hemos iniciado a alguna persona), pero a la vez seguimos siendo ahijados, así nuestro padrino ya haya partido de este plano.
La responsabilidad de un padrino de orientar correctamente no solo es en el ámbito religioso, sino, también en el ámbito social, estar allí siempre que el ahijado lo amerite, así como para ser el emisario del mensaje de las divinidades, ser el ejemplo a seguir en lo social y cotidiano.
No hay nada mas contagioso que el ejemplo, y es por eso que el Bàbáláwo u Òlorìsà debe de ser digno de esto; como seres humanos tener defectos y virtudes, si los padrinos fueran perfectos, simplemente no hubieran tenido la necesidad de pasar por la escuela de la vida en la tierra, estuvieran como seres perfecto en planos más elevados, pero la realidad es otra. Como seres humanos los padrinos tenemos nuestros defectos, pero queda de parte de nosotros el seguir los consejos de Ifá, de las divinidades, y con esto mejorar y pulir nuestras asperezas, que tales asperezas nunca perjudiquen a nuestros ahijados, si no al contrario, dar lo mejor de nosotros para ser esa guía que da esperanzas y soluciones a aquellos que nos dan su confianza, muchos a ciegas, otros con ciertas reservas, pero que al sentir trato sincero y honesto ponen su corazón y sus vidas en nuestras manos.
Tiempos difíciles, el ego, la avaricia, la codicia, el materialismo, se hacen pesos difíciles de aliviar a muchos sacerdotes, de allí las decepciones de los Aleyos con la religión; cosa que no es culpa de las divinidades, es culpa del ser humano. Difícil no dejar de decir las decepciones que también se convierten algunos ahijados, sufriendo de males similares que evitan que brote la honestidad y la sinceridad, pero ya los sacerdotes que hemos recorrido un trayecto considerable, entre lo amargo y dulce de poder comprender nuestros oráculos y sus divinidades, aprendimos que somos padrinos, pero también somos sicólogos, somos concejeros, somos ejemplo, somos una herramienta importante para el crecimiento de mucha gente, que a la vez es también herramienta importante para nuestro aprendizaje, con los Aleyos, con mis ahijados, aprendo tanto como con mis mayores, aprendemos que no somos dueño de nadie y que el mundo debe continuar y solo nos acompañaran los que de verdad valen la pena.
“El respeto mutuo, junto con la honestidad entre padrino y ahijado, crea una relacion gratificante para ambos”.
Rafael Molina Oluwo Ifasemu para Fraternidad Ifá de las Américas.
“Tan necesario es el padrino al ahijado como el ahijado al padrino”.
Enero 4 de 2015
Destacando una antigua breve nota, pero considerada de importancia para todos los religiosos desde este comienzo de año…
En nuestra religión los Padrinos –Bàbáláwos u Òlorìsàs- o Madrinas –Iyalosas- entre sus responsabilidades tienen el orientar correctamente al Ahijado, el cual llamamos Aleyo –Alejo que significa “visitante”- sin embargo hay ahijados que no son aleyos ya que han pasado por iniciaciones sacerdotales, pero siguen siendo ahijados. Todos los sacerdotes de Ifá u Oosa somos padrinos (cuando hemos iniciado a alguna persona), pero a la vez seguimos siendo ahijados, así nuestro padrino ya haya partido de este plano.
La responsabilidad de un padrino de orientar correctamente no solo es en el ámbito religioso, sino, también en el ámbito social, estar allí siempre que el ahijado lo amerite, así como para ser el emisario del mensaje de las divinidades, ser el ejemplo a seguir en lo social y cotidiano.
No hay nada mas contagioso que el ejemplo, y es por eso que el Bàbáláwo u Òlorìsà debe de ser digno de esto; como seres humanos tener defectos y virtudes, si los padrinos fueran perfectos, simplemente no hubieran tenido la necesidad de pasar por la escuela de la vida en la tierra, estuvieran como seres perfecto en planos más elevados, pero la realidad es otra. Como seres humanos los padrinos tenemos nuestros defectos, pero queda de parte de nosotros el seguir los consejos de Ifá, de las divinidades, y con esto mejorar y pulir nuestras asperezas, que tales asperezas nunca perjudiquen a nuestros ahijados, si no al contrario, dar lo mejor de nosotros para ser esa guía que da esperanzas y soluciones a aquellos que nos dan su confianza, muchos a ciegas, otros con ciertas reservas, pero que al sentir trato sincero y honesto ponen su corazón y sus vidas en nuestras manos.
Tiempos difíciles, el ego, la avaricia, la codicia, el materialismo, se hacen pesos difíciles de aliviar a muchos sacerdotes, de allí las decepciones de los Aleyos con la religión; cosa que no es culpa de las divinidades, es culpa del ser humano. Difícil no dejar de decir las decepciones que también se convierten algunos ahijados, sufriendo de males similares que evitan que brote la honestidad y la sinceridad, pero ya los sacerdotes que hemos recorrido un trayecto considerable, entre lo amargo y dulce de poder comprender nuestros oráculos y sus divinidades, aprendimos que somos padrinos, pero también somos sicólogos, somos concejeros, somos ejemplo, somos una herramienta importante para el crecimiento de mucha gente, que a la vez es también herramienta importante para nuestro aprendizaje, con los Aleyos, con mis ahijados, aprendo tanto como con mis mayores, aprendemos que no somos dueño de nadie y que el mundo debe continuar y solo nos acompañaran los que de verdad valen la pena.
“El respeto mutuo, junto con la honestidad entre padrino y ahijado, crea una relacion gratificante para ambos”.
Rafael Molina Oluwo Ifasemu para Fraternidad Ifá de las Américas.