«No creo en perfectas conductas, cada persona viene a la tierra a corregir sus imperfecciones, muchos de los que no lo logran les tocara regresar a esta dura escuela, hay otros que con sus imperfectas conductas vienen a ser herramientas del destino para el aprendizaje de otros, para que muchos salden algunas cuentas y actitudes pasadas siendo afectados por la alevosía de los maestros ‘mala conducta’, o para que aprendan a no copiar erradas conductas de estos; de la misma forma estos maestros ‘mala conducta’ van engrosando sus cuentas karmicas, las cuales saldaran con lo más preciado que tienen o con eventos fatales. La vida no es justa -Ogunda… -, los humanos somos los únicos seres vivientes que actuamos con maldad, con mala intención, superando las instintivas reacciones agresivas de otras criaturas, por lo tanto, aprendamos a comprender los designios del creador para nosotros y el destino que nosotros mismos forjamos -para bien o para mal-. Todo es relativo, cada ser humano es un caso distinto, su creencia, su religión, hasta su ateísmo, le creara un criterio de lo que es moral y lo que no lo es, pero la conciencia, creamos en la religión que creamos, seamos ateos o simplemente cumplidores de dogmas, nunca dejara de ser nuestro psicólogo motivador o nuestro más cruel verdugo. No hace falta citar Odu Ifá, ni menos centrarnos en nuestra creencia, esto lo considero una ley celestial universal aplicable en todos los casos.» Rafael Molina Oluwo Ifasemu.
