Ofun meji revela cómo Òrúnmìlà tuvo éxito coleccionando y convirtiendo a si mismo, todos los instrumentos de autoridad (ase) dado por Dios a todas las divinidades. Él hace así en el poema siguiente:
Okiti kpuke,
Awo eba-ono,
Adifafun Orunmila,
Nigbatil Ofelogba aya gbogbo,
Erumole lowo Ogun.
Ògún, la divinidad de metal, y el más mayor de toda la divinidad, era el custodio de todo el Ase (instrumentos de autoridad) dado a ellos por el Dios Omnipotente. Esto significó que cualquiera de ellos quién quiso usar su instrumento de autoridad tenia que ir al propio Ògún.
Entretanto Òrúnmìlà la divinidad de sabiduría ideó una táctica por tomar todo los poderes de Ògún. Eso era por qué él fue por la adivinación a Okitikpuke, el camino lateral que le dijo que él habría ser exitoso, si él pudiera hacer sacrificio con una carnera, una paloma, y una cola del caballo. Él acordó hacer el sacrificio.
Después del sacrificio él partió en una visita a la casa de Ògún. En llegar allí él le dijo a Ògún que él vino a pagarle una visita. Después del intercambio usual de cortesías, él le dijo a su organizador con la encantación siguiente que él vino a coleccionar todo los poderes de las divinidades que se guardaron bajo su custodia realmente:
Un niño infantil no rehúsa la leche de la madre.
El ave no se niega a la invitación del maíz.
El pené no se niega a la invitación de la pelvis.
Uno no puede ignorar la mordedura de una serpiente.
Nadie se resiste la invitación de la tos.
Nadie ignora la picadura de un escorpión.
La tierra no puede negarse a los rayos del sol.
La tela no se niega al asalto de una aguja.
Nadie puede detener el gato del ratón
Nadie desobedece la llamada de naturaleza.
Incluso usted, Ògún no puede resistirse la vista de un perro.
En cuanto él completara la recitación de la encantación, en absoluto, sin cualquier vacilación Ògún fue a su caja fuerte y sacó todo el Ase y tímidamente se los rindió a Òrúnmìlà. Seguramente en su mano, con los poderes Òrúnmìlà tomó su licencia. En cuanto él consiguiera casa él tragó a todo el Ases. Todo este tiempo, Ògún actuó como si él estuviera en una catalepsia. No ocurrió a él preguntarle a Òrúnmìlà por qué él vino a coleccionar los poderes de él.
Cinco días después, Ògún comprendió que los poderes no estaban mas en su posesión. Después de peinar su casa para el paradero de los poderes, él recordó que la única divinidad que lo visitó durante los últimos cinco días era Òrúnmìlà. Él decidió visitar Òrúnmìlà porque él no supo explicar la pérdida de los poderes si cualquiera de las divinidades viniera a preguntar por el propio. Cuando él llegó a la casa de Òrúnmìlà, él inquirió lo que él vino a hacer en su casa durante su última visita. Más enfáticamente, Ògún le preguntó a Òrúnmìlà si él fue el que vino a coleccionar la fuerza de todas las divinidades de él.
Cuando Òrúnmìlà comprendió que Ògún no tenía ninguna recolección clara del lo que transpiró cuando él coleccionó los poderes de él, él decidió capitalizar en la alucinación mental temporal de Ògún. Òrúnmìlà negó a Ògún visitante en la vida, permita coleccionar cualquier poder de él exclusivamente. Bastante abatidamente, Ògún paseó atrás desvalidamente casas. Eso era cómo Ògún perdió todo los poderes de las divinidades a Òrúnmìlà que aunque uno del más menor de todos ellos, se ha puesto más poderoso que todos subsecuentemente de ellos. Cuando Ògún dejó su casa, Òrúnmìlà cantó la canción siguiente:
Shigo shigo agoton,
Mukomi ton kio to shiiyere,
Shigo shigo agoton,