Los Ikines cuelgan y los Caracoles brotan de la tierra…
Caracas 18 de Julio de 2015
Es Ìwòri Wòtu, entre otros Odufa, que hace referencia sobre la unión para vencer las dificultades que se presentan en nuestra vida; al respecto nuestros sabios ancestros mencionan el Ese Ifá sobre «El árbol hueco».
Dicho árbol, a propósito de nuestro planeta, está habitado por toda clase de hombres que conforman lo que llamamos humanidad, todos con diferentes formas de pensar, de actuar, de dirimir sus controversias, pero no es menos ciertos que de entre las muchas diferencias la más destacada es la creencia, la fe.
La creencia une o desune a los pueblos, logra conmover cada partícula que conforma al ser humano y lo eleva a lo divino, al punto de realizar proezas jamás imaginables. Es en este punto donde la unión es fundamental, es gracias a ella que la creencia se mantiene siempre firme, permanente e inviolable para «guarnecernos de las inclemencias del tiempo, así como de los demás animales que eran sus enemigos».
Todas las culturas del mundo, desde los milenarios faraones hasta los endiosados cesares de Roma inculcaron devoción por las creencias de su pueblo, es este árbol, es este nuestro planeta dividido necesariamente por la diversidad del universo quien conspira para movernos a la unión.
Las fuerzas que componen nuestra naturaleza humana y por ende nuestro cosmos, están intrínsecamente elaborados por Ifá para determinar las causas y los efectos de nuestras acciones. Entendamos que Ifá son tres palabras, pero en ella se encierra todo, desde Olódúmáré el creador, pasando por el testigo del destino de cada Ori, Òrúnmìlà, hasta la diversidad de Irúnmólès, deidades positivas y negativas.
En razón a nuestra fe Oosa/Ifá las divinidades que procuran nuestro bien, buscan indudablemente nuestra unión, los insectos, es decir, los Bàbáláwos y Olórìsàs, debemos convivir juntos en un mismo árbol llamado Ifá. Convivir con nuestras diferentes opiniones culturales y ancestrales sin que éstas desvirtúen la naturaleza propia del culto a nuestras costumbres antiguas.
Solo con la unión nos protegeremos ante la amenaza de las fuerzas negativas del universo, solo con la unión nos protegeremos de nuestros enemigos comunes: la soberbia, la envidia, la soledad, la apatía, la intriga, la codicia, la ira, el egoísmo, la vanidad, la prepotencia, la arrogancia… tantos enemigos que esperan desunirnos para destruir nuestras preciadas costumbres y a la vez nuestro ser.
No permitamos tanto Bàbáláwos como Olórìsàs que se diga de nosotros que «dejamos el abrigo que por tanto tiempo nos había acobijado» el abrigo de Oosa/Ifá debe mantenerse a pesar de inescrupulosos animales salvajes que deambulan con arrogante soberbia mirando nuestro Árbol, en el que los ikines cuelgan y los caracoles brotan de la tierra. No permitamos tanto Bàbáláwos como Olórìsàs que se diga de nosotros que «cada uno cogió el camino que más le convino» que no se trate de conveniencias a la hora de escuchar al oráculo supremo de Ifá, nada de religión basada en interés propio.. común y económico. Estos animales que deambulan inventando falsas historias de antiguas disputas entre el caracol y el ikin no son más que inventos de bestias movidas por sus propias miserias.
«Tú Olódúmáré que miras y callas, Tú Olódúmáré sabio y paciente, mira el corazón de quienes te sirven, no permitas que las hormigas unidas dejen de trabajar, no permitas que las bestias del campo se acerquen a destruir nuestro preciado árbol llamado Ifá…»
!Iboru Iboya Ibosise!
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por Ramón Reyes Ifálaye Awo ni Òrúnmìlà Òsá Aláwo para Fraternidad Ifá de las Américas.