Existencia inmortal después de esta vida…
Miami 09 de Julio de 2015
La religión puede ser tomada como un estilo de vida, un dogma que mantiene el orden social, el buen comportamiento, por lógica, cuando hablamos de religión hablamos de fe, esa creencia ciega muchas veces sin fundamento científico, pero lo suficiente para que nuestra alma y mente estén tranquilos, tengan a que aferrarse y apoyarse en los momentos más difíciles y hasta en los más sencillos. Lo cierto de todo es que muchos religiosos, incluyendo los que creen en la Regla de Oosa e Ifá, practican la veneración a los Òrìsàs pensando solo en el presente y en un futuro terrenal, que relativamente es muy corto, en un abrir y cerrar de ojos la vida en la tierra se va.
No es difícil comprender lo antes expuesto, solo hay que hacer un alto en el camino, recapacitar y meditar al respecto, es una realidad muy palpable cuando vemos que un ser querido o allegado desencarna de su cuerpo, es allí cuando caemos en razón que la vida es muy corta y que cometemos un gran error al creer solamente en Ifá o la Oosa suplicando para un buen destino en la tierra únicamente, y no ver mas allá de lo que viene cuando nos toque pasar al otro plano; eso está garantizado para todos los que hoy en día aun tenemos el corazón latiendo.
¿Pensamos realmente en el destino en el mas allá o en el destino en la tierra?, la gran mayoría piensa en su destino únicamente en la tierra y no ven mas allá de todo lo material, que realmente no es más que una ilusión que no nos acompañará al continuar nuestro camino hacia la eternidad. Las cosas materiales, que nos hacen tanta falta estando acá, pero que le damos un valor equivocado como si fueran a ser eternas, como si se fueran junto a nosotros cuando nos toque partir. Muchos dirán: «!y este que sabe si aun está vivo… conspirador!», nunca olvidemos que si estamos acá es porque siempre hemos estado vivos, quien realmente muere es nuestro cuerpo, mas nuestra alma continua, si no tuviéramos esa certeza no creyéramos en religiones, santos, deidades, espíritus, etc.
Que una gran mayoría no ha buscado el verdadero significado de su existencia, su razón de ser, su razón de vivir, eso es diferente, pero al buscarla realmente la encontraran y no es precisamente una eternidad con bienes materiales, autos, joyas, dinero y placeres terrenales, ellos solo quedaran como los juguetes utilizados por Olódúmáré en nuestra estadía estudiantil, probatoria, con la oportunidad de crecer y mejorar en esta dimensión.
!Debe ser la ‘cosa’ muy buena por allá cuando nadie aun a vuelto!… así dicen muchos desconocedores de la profundidad de nuestra creencia Ifá – Òrìsà, ¿quién no ha vuelto?, hay certeza comprobada que muchos han regresado, nuestra ley oral, hoy escrita, también lo expone.
No compartimos la filosofía de tener como prioridad el buscar riquezas materiales en esta vida, compartimos sensatamente que debe haber una equitativa y balanceada estabilidad, un buen vivir, donde para eso no hay que ser ‘millonario’. Un ser humano rico es aquel que disfruta de la paz, de tener buenos hijos, una buena familia, de poseer un empleo o negocio que le dé lo suficiente para no carecer de algo que realmente le haga falta, un ser humano rico es aquel que posee salud y paz mental, aquel que llega a corregir muchos de sus grandes defectos, aquel que hace el bien y nunca teme de aquel justiciero implacable que llegara antes que la muerte, ese que llaman conciencia…
¿Cuántos sacerdotes de todas las religiones vemos hoy en día preocupados por obtener mucho mas del dinero que necesitan?, de la misma forma muchas de las personas que tocan la puerta de nuestras casas aspiran hacerse ricos y poderosos, nosotros simplemente les decimos: ¿Quiere dinero? acuda a un especialista en inversiones y finanzas… ¿Quiere pareja? Enamórela… ¿Quiere optar por prosperidad? estudie y trabaje honradamente. Si lo que busca es una orientación para tener paz, una guía para tomar firmes y convenientes decisiones, vivir una vida espiritual y mental saludable, entonces llego al lugar adecuado, la casa de un sacerdote de Ifá, la casa de un Olórìsà…
Cuando tenemos paz, tranquilidad, la disposición de escuchar y cumplir los concejos que nos da Òrúnmìlà y los Òrìsàs, podemos hacer realidad lo que nos conviene y necesitamos, muchas de esas ilusiones y anhelos se hacen realidad. Acatar los consejos de Ifá -en nuestro caso- nos garantiza un destino prospero y saludable, el acudir directamente a la ayuda espiritual confundiéndola con la barita mágica de los deseos mundanos seguro conllevara a desilusiones.
Dentro de nuestra creencia son muchas las opciones que podemos aprovechar para tener la paz y tranquilidad que necesitamos, cuando estamos en armonía con nuestro destino, conseguimos lo que verdaderamente necesitamos, vivimos las alegrías que merecemos y obtenemos la fortaleza y soluciones ante las adversidades que confrontamos. Más vale ser rico en tranquilidad, en buenos sentimientos, que la esporádica riqueza material, que cuando es adquirida de manera fácil, de manera turbia, solo traerá problemas a nosotros y una maleta vacía en nuestra partida.
¿Cuántos nos hemos preocupado por nuestra existencia inmortal después de esta vida?… es momento de tener conciencia que las religiones y creencias deben de servir para fortificar y acrecentar nuestra alma, hacernos mejores seres, cumplir con sacrificios de conducta y de ofrendas, todo esto para poder tener un pase con brillo espiritual hacia la inmortalidad.
Hay literatura y trabajos investigativos donde encontramos semejanza en el origen de nuestra creencia con lo sacro del antiguo Egipto, retrocediendo a 1250 años antes de Cristo, donde quedaron los papiros, escrituras y simbología en las cuales coinciden ceremonias y ritos como los que conservamos en Ifá y hasta en la Oosa. Eran los Egipcios los que estaban más preocupados por su vida después de la muerte que por su existencia terrenal, ellos manejaban su «manual para los muertos» el cual era una guía para asistir sus almas. Esa rica cultura que comenzó con los faraones, cultura de la muerte, que hoy en día es hasta una profesión, donde los buenos egiptólogos han sido fundamentales en el conocimiento histórico, antropológico y cultural para el mundo, tiene grandes similitudes con lo que hoy en día practicamos.
Hemos perdido el interés por aprender los rituales de despedida de nuestra alma, tanto así que cada uno de nosotros poco sabe de los rituales y ceremoniales que nos deben hacer cuando muramos, y de seguro la mayoría no deja algo escrito sobre lo que deben hacerle a sí mismos, el garantizar se cumpla con la correcta despedida sacra de su alma a la próxima dimensión.
!Para que preocupar por el presente o el futuro, todavía quedan muchos años hasta que llegue la muerte…! pero la muerte es para siempre, es el paso hacia la eternidad. Cualquier ser humano sensato debe de reunir todo el conocimiento que le sea posible, incluyendo como deben ser los amplios y significativos rituales de despedida, los cuales llamamos Itutu, Etutu o Itufá (en el núcleo de Ifá).
Sembremos lo que realmente debemos cosechar en esta estadía en la tierra, nada de lo material se irá con nosotros, solo los buenos actos, la buena conducta y sobre todo: !nuestros conocimientos!, esos son los que nos van a acompañar e irán al mas allá en el momento de nuestra muerte.
por Rafael Molina Oluwo Ifasemu para Fraternidad Ifá de las Américas
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