La palabra conciencia se torna vacía, estúpida y catedrática para todo aquel que por inmadurez, por escasa inteligencia o por una excesiva maldad en sus actos y pensamientos no creen en el insoportable peso de ella cuando nos toca llevarlo. Nada ni nadie pueden agilizar su peso, nada la hace liviana, es dura, es insoportable, es la que lleva a la destrucción casi total del alma ya que es quien la acosa hasta que sale del cuerpo.
La conciencia se comienza a descubrir cuando se entra en madurez, cuando se le da valor a seres queridos, cuando detenemos la malicia, la ignorancia, la estupidez y caemos en cuenta que 2 mil animales entre gallos, gatos, perros, chivos, chivas, carneros, leones o tigres no apaciguaran a la conciencia, porque allí es donde más nos recuerda que lo malo que hicimos, tal vez por creernos Dioses terrenales, sentirnos protegidos o sentirnos superiores DESTRUYO NUESTRA ALMA, Y VA A EXPANDERSE A DESTRUIR LO QUE MAS VALORAMOS Y AMAMOS, es una ley universal. Los cinco enemigos de la paz hacen que conspiremos contra nosotros mismos y le aseguramos a nuestra alma un lugar de sufrimiento, más temprano que tarde, el tiempo pasa muy rápido, el miedo, la avaricia, la envidia, el odio y el orgullo son detonantes para que nunca mas resplandezca nuestra luz divina. Bonitos los muñequitos de madera, los de cemento, con caracolitos, las talladuras en finas maderas, las cargas de Onìlé, los tarritos diabolicos, “y que para hacer mal a los otros”, más bonito es como Òlódùmarè nos anota cada acción y que aunque el tiempo creamos que pasa lento, el nos hará pagar cada mala acción. El verdadero religioso es espiritualista, cuida su alma, es precavido al cuidar el buen destino de esta, sabiendo que el destino no es realmente el terrenal, es el que viene a continuar después de esa transición que llamamos muerte, sin embargo, muchas cosas amadas y adoradas son arriesgadas como forma de cobro de nuestras fechorías. El religioso es aquel que practica mecánicamente los dogmas, sin poner un extra de su energía espiritual para dar fuerza a lo que hace, el Religioso espiritualista es aquel que practica la teoría y mecánica de las escrituras o leyes orales pero suma su energía espiritual, su amor por hacer el bien, su fuerza interna para dar más poder a su cometido.
Esto no está en libros de Ifá u Oosa Afrocubanos ni Africanos, esto está en las mentes coherentes de cada uno de nosotros, es una ley universal a la cual nuestra fe, nuestra creencia no se desvincula.
Ya con mentes más abiertas algunos sacerdotes lograran entender por qué en el Odù Meji donde desciende Òrúnmìlà se debe evitar hacer sacrificios con sangre, y más bien tomar conciencia a que el cuerpo tenga una buena cabeza, y corregir las malas conductas y malas actuaciones.
De que nos vale usar la inteligencia si no aprendemos a usar la Conciencia.
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Por Rafael Molina Oluwo Ifasemu para Fraternidad Ifá de las Américas.