Día de Òrúnmìlà – 4 de Octubre
Octubre 3 de 2013
Muchas personas ven a Ifá entre los límites de su imaginación en sus Sacerdotes, los Bàbáláwos, su Oráculo y sus “rayitas” o “unos y ceros”, su literatura y sus herramientas, algunos pueden creer que la mencionada sabiduría de Ifá se encierra en lo antes mencionado únicamente, y es un total error. El sistema de Ifá es muy extenso, sumamente complejo, de hecho recordamos que la Unesco lo reconoció como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en el año 2008, fue el sistema adivinatorio de Ifá, el corpus que encierra los secretos que domina Òrúnmìlà y no como algunos dicen que fue la religión Yoruba o la regla de Oosa la que fue exaltada por la United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization; http://www.unesco.org/
Ifá no se limita en los libros de autores Africanos o occidentales, el contenido de la literatura que realmente se ha generado de fuentes legitimas muestran solo un ápice de lo que es Ifá, sin embargo en cada Odù, en cada figura binaria que representa un código extremadamente extenso, descansan los secretos más intrínsecos del planeta, de la vida, no solo física, también espiritual.
Hablar de Ifá es hablar de Òrúnmìlà, quien es la divinidad que rige a Ifá, la única que conoce de manera objetiva el código de destino de cada uno de los seres humanos, es Òrúnmìlà quien tiene la potestad y el poder de interactuar de manera efectiva con el Ori de cada persona, por lo tanto es la deidad que de manera infalible nos muestra el ADN celestial de cada uno de nosotros.
San Francisco de Asís, como se le llamo por la Iglesia católica a Giovanni di Bernardone, fue un sacerdote católico que llevo una vida religiosa austera y simple, apartando de su vida las estigmatizaciones a las que fue sometido, fue un hombre extremadamente humilde y bondadoso, no solo con la humanidad, sino también con los animales. San Francisco de Asís tiene múltiples anécdotas testificadas donde muchas personas comentan como a las personas que se acercaban a él les comentaba sobre sucesos que solo ellos sabían y nunca habían mencionado a nadie, de la misma forma, como cuando algunos se iban a confesar con él, él se les adelantaba en las confesiones y ponía al descubierto información privada que solo el confesante sabia. De allí que no solo por su humildad, su benevolencia, sus ganas siempre de ayudar al prójimo fueron las características por las cuales adosaron la imagen divina de Òrúnmìlà con el santo católico italiano, también hay un trasfondo que seguro muchos ignoraban, donde los dones de adivinación del recordado sacerdote franciscano eran similares a los narrados sobre Òrúnmìlà en el contenido oral que se manejaba dentro de Ifá.
Así como se celebra en África los diferentes festivales para vanagloriar a las deidades, asi mismo en Occidente por el recordado sincretismo –al cual debemos agradecer haber salvado nuestra creencia y que se mantenga vigente- celebramos los días especiales de los Òrìsàs, el 4 de Octubre nos corresponde por costumbre celebrar el día de Òrúnmìlà, donde más que pedirle por nosotros y los nuestros, debemos de agradecerle todas las cosas que nos ha dado, sobre todo el guiarnos por un camino seguro y correcto en este difícil transitar, el guiarnos a nosotros, a nuestra familia consanguínea y religiosa, el dilucidarnos los pasos correctos a seguir, el darnos fuerza y fortaleza para alimentar nuestra alma, el iluminar nuestro recorrido y el de nuestros allegados, es algo que jamás podremos pagarle a Òrúnmìlà y debemos estarle eternamente agradecidos.
Agradezcamos, que al agradecido Òrúnmìlà le da todo lo que realmente necesita y no lo deja carecer de nada, lo hace una persona rica en cualidades únicas, que es el tesoro más grande que se puede guardar, ya que tendrá valor hasta en la eternidad.
Que Òrúnmìlà muestre a cada ser humano a través de sus Bàbáláwos honestos cada ruta a seguir, que esa luz que nos guía, que nos reconforta, que es Ifá, cada día brille mas, que apartemos los egos, los malos sentimientos y así podamos comenzar a comprender que es de verdad Ifá y todo lo que está dentro de él, que no es más que el universo, sus secretos y dimensiones, simplemente un todo, simplemente Òlódùmarè –Dios- que está en cada ser vivo, en cada persona, en cada animal y árbol, en cada mineral, en cada rio, lago o océano, en fin… el planeta y su universo.
Que Òrúnmìlà continúe alumbrando y ayudando a cada persona que atesore en su corazón el amor y la fe hacia él.
En nombre de Fraternidad Ifá de las Américas y todos sus miembros.