El sacerdote en cualquier religión es la persona que ejerce como intermediario y mediador entre los seres humanos y las divinidades.
En nuestra creencia de los Orisas, llamada también «religión Yoruba» condición que fue otorgada por sus seguidores en occidente, el sacerdote tiene características muy importantes como poseer los secretos y claves para la incursión de los misterios de Oosa y de Ifá.
En muchas religiones antes de adquirir la investidura sacerdotal las personas deben de cursar una serie de estudios y preparaciones para poder alcanzar el nivel y grado de sacerdote. Así como en la religión católica el que desee ser sacerdote debe pasar años estudiando en un seminario y aprobar los diferentes pensum académicos, de igual forma muchas otras religiones ancestrales exigen años de aprendizaje y por supuesto, mostrar en esos años de estudio una conducta ejemplar como la que debe de llevar un guía o líder religioso. Estas exigencias las hemos visto desde las más antiguas religiones politeístas como las de los griegos, romanos, aztecas y egipcios hasta el prácticamente moderno catolicismo.
Dentro de Ifá existía, hasta hace pocas décadas en Nigeria, las exigencias y condiciones para llegar a ser Babalawo. Los mayores exigían un tiempo de estudio que oscilaba entre 7 años de aprendizaje con los mayores o maestros, de allí el estudiante interesado tenia que ser un seguidor de su maestro y aprender de memoria un numero determinado de historias de cada uno de los 256 Odu con sus respectivos rezos. A su ves manifestar una conducta moral y de fidelidad hacia Ifá y sus mayores, luego de estos años de aprendizaje debe demostrar al concilio de Babalawos de su pueblo su dominio de Odu y la fe de buena conducta de parte de su maestro, pro siguiente a esto seria consagrado como sacerdote de Ifá. En estos últimos años hemos visto como en algunas partes de Nigeria ya no se cumplen las exigencias que ancestralmente se promulgaban para la consagración de un sacerdote de Ifá, esto a la vista de todas al observar como los extranjeros son consagrados siendo estos unos extraños y desconocidos para los sacerdotes nativos, dejándonos a las claras que el interés económico prevalece sobre los reales interés de preservación de la integridad religiosa.
El caso de la diáspora occidental históricamente ha sido diferente, se han preservado por décadas los secretos vitales de las ceremonias con mucho recelo entre sus sacerdotes, lo que ha hecho que primero se consagre o inicie a la persona dentro de los parámetros sacerdotales y luego este dedique tiempo al estudio para su correcta preparación. Con esto evitando algo que actualmente esta ocurriendo en algunos países de occidente, donde han llegado personas de nacionalidad Nigeriana y se han vendido como Babalawos tradicionales, muchos de estos personajes fueron estudiantes de Ifá, discípulos rezagados que no fueron consagrados como Babalawos, pero que aprendieron rezos y cantos en dialecto Yoruba. Aprovechando esta ventaje en la recitación de Rezos para fascinar a muchos sacerdotes de la diáspora y sus seguidores que ignoran lo que es la realidad de Ifá.
La intención de este escrito no es hacer comparación entre el Ifá llamado tradicional de Nigeria y el Ifá que se cultivo en occidente, los verdaderos seguidores de Ifá que cursan estudios objetivos de este saben que Ifá es uno solo y su practica en ambos lados como una creencia mas manejada por el ser humano tiene sus debilidades y fortalezas. Solo hacemos un breve estudio comparativo de los que es la preparación o formación de un sacerdote.
Escuchamos en Cuba como décadas atrás para consagrar un sacerdote de Ifá se tenia que tener una conducta intachable, el Babalawo que iba a hacer la función de padrino antes de la ceremonia tenia que ir con su ahijado, el futuro Alawo, a por lo menos los hogares de 16 Babalawos del pueblo o ciudad, allí manifestarle a cada uno en su hogar la realización de la ceremonia que se le haría a su ahijado, y conseguir la aprobación de estos Babalawos, lo que se esperaba con esto era la aprobación de esos 16 Babalawos y que cada uno en estas visitas a su hogar entregaran un Ikin (semilla de Palma Aceitera) al futuro iniciado. La entrega de un Ikin por cada uno de los 16 Babalawos era la aprobación de estos a la futura ceremonia de iniciación, si uno de estos Babalawos visitados objetaba con argumentos al futuro iniciado y no entrega el Ikin al padrino o al futuro Alawo, por conocer un mal prontuario de este, se hacían las respectivas indagaciones y de haber algo oscuro grave en la vida de la persona se suspendía la futura ceremonia.
Actualmente vemos como las iniciaciones dentro de Ifá y la Oosa se hacen de una manera rutinaria, sin el interés de preservar los interés de la religión, sin interés de seleccionar los adecuados y merecedores sacerdotes que darían la cara por esta honorable religión, estas caras sacerdotales son y serán la primera imagen de la religión ante la sociedad en general por lo tanto es de una abismal importancia la correcta selección de las personas que vamos a consagrar dentro de los menesteres sacerdotales de nuestra creencia.
Es muy triste observar como el dinero prevalece sobre las normas éticas y morales de Ifá y la Oosa, normas que están en cada uno de los Odu que debemos de aprender los sacerdotes. En estos tiempos cualquier persona que disponga del dinero para consagrarse como sacerdote de Ifá o de la Oosa puede conseguirlo fácilmente, sobran hombres y mujeres que se hacen llamar padrinos o madrinas que anteponen el dinero sobre la espiritualidad y la correcta manera de ejercer la praxis religiosa. Muchos iniciados llegan a las líneas sacerdotales más no al sacerdocio, por solo adquirir un poder, por adquirir un estatus de envergadura dentro de la comunidad religiosa, por ganarse un respeto y una autoridad ficticia que nunca se tuvo como una persona normal, sin consagración alguna. Lo cierto de todo esto es que un iniciado en las líneas sacerdotales de Ifá sin la preparación básica de este NO ES BABALAWO, es solo un «INICIADO EN IFA», el nombre lo dice Baba (Padre) Awo (secreto) «el padre de los secretos» si este personaje no memoriza y conoce los secretos básicos de Ifá ¿como ha de llamarse Babalawo?, estamos a la vista de un simple «iniciado en Ifá» y no de un Babalawo, por mas alarde y titulo que veamos esa es la realidad. De igual forma es la realidad de los Olorisas o Iworos (mal llamados Santeros) que muchos desconocen lo básico de la Oosa, muchos desconocen los parámetros correctos de los ceremoniales y la adivinación, sin dejar de mencionar los distintos inventos modernos con los cuales quieren ocultar su ignorancia, un Olorisa que no posea los conocimientos básicos de la religión que profesa simplemente no es un sacerdote, es solo un iniciado en esta creencia y no es una persona apta para guiar a los neófitos quienes tienen miles de dudas y necesitan una guía correcta para aprender.
La intención no es profesar que los sacerdotes, bien Babalawos u Olorisas, sean perfectos conocedores de la amplitud de Ifá o de la Oosa, la carrera estudiosa de un real Babalawo o un verdadero Olorisas solo se termina el día de su muerte, pero si que por lo menos halla un grado de preparación básico para poder cubrir las necesidades de las personas que necesitan sus servicios.
Hemos llegado al extremo que una minoría de iniciados en los estatus sacerdotales expresen rechazo y hasta llamen de absurdo el trabajo de aprendizaje que tienen la mayoría de los sacerdotes de Ifá y de Oosa, esto referente a la memorización, descifrado y aprendizaje de las ceremonias en general, que demandan una serie de rezos y cantos que son «mantras» y deben ser memorizados y aprendidos en lengua Yoruba. El menosprecio a este arduo trabajo es el espejo de la ignorancia y la vaga praxis religiosa que esta minoría expresa y quiere disfrazar ante los ojos de los que desconocen la verdadera religión Yoruba, excusando los verdaderos conocimientos que un sacerdote necesita tras la «fe» y la «potencia individual que cada ser tiene», sin dejar atrás el argumento que «Olodumare y los Orisas escuchan todos los idiomas» algo cierto solo en una parte, en el idioma del corazón, pero este idioma no nos sirve para la realización de los correctos ceremoniales y ritos, ya que necesitamos recitar una serie de «mantras» para activar una serie de energías que no se activan si no son correctamente recitados los rezos y cantos específicos.
No es solo tener las ganas de llegar a ser Babalawo o llegar a ser Olorisa, es tener las ganas de crecer para ostentar estas importantes investiduras y la única manera de crecer es estudiando y aprendiendo, teniendo unos correctos guías, correctos maestros. Podemos tener una biblioteca repleta de libros de Ifá o de Oosa, podemos visitar las miles de paginas web de religiosos que están por el Internet, podemos estar en cientos de foros de religión en el Internet, de los cuales mas de la mitad escriben y plantean una falsa religión pero con todo y esto estas no son las piezas claves para el crecimiento y aprendizaje de un sacerdote, para ello necesitamos un buen maestro, el cual nos dirá que es bueno y que es malo dentro de lo mucho que disponemos para aprender.
Por lo antes mencionado y muchas cosas mas es importante la correcta selección de las personas que debemos de consagrar dentro del sacerdocio. Antes que nada saber si el Ori de ese futuro sacerdote ve bien que se haga la consagración de alta magnitud, que Ori determine si es conveniente o no consagrar a esa persona, indagar sobre las indicaciones de Ifá en los Itan que posee la persona, luego de eso probar y analizar el comportamiento y la conducta del futuro iniciado, esto de gran importancia para evitar la intromisión de personas que colocarían sobre el suelo la imagen de nuestra religión, el ingreso a las filas sacerdotales de delincuentes, de personas de baja moral o de personas que no amarían los preceptos religiosos, que son los que hacen una falsa praxis religiosa, aquellos que hacen una religión a su conveniencia personal y no respetan los parámetros de nuestras Leyes Orales (actualmente escritas) siendo este uno de los males mas grandes que atañen en la actualidad nuestra religión. Así mismo estas personas que son consagradas y no son respetuosas, honradas y por lo menos no poseen un mínimo de educación son las decepciones más grandes de los mayores (padrinos).
La cantidad de consagrados que tenga un Babalawo o un Olorisa no sirve para medir la calidad y la sapiencia de este, sirve para conocer el grado de mediocridad, entre mas sacerdotes halla consagrado promedio a su edad dentro del sacerdocio vemos a alguien poco selectivo y comúnmente mas comerciante que religioso.