Religión Personalizada… Capricho, Interés… Ignorancia
¿Quién es el perjudicado?
Miami 19 de Mayo de 2015
Cada paso que damos en nuestra religión Yoruba, debe de estar respaldado por las indicaciones del Ori de cada persona, y la consulta y sometimiento a preguntas y cuestionamientos a Ori deben están siempre apegados al marco de las normas básicas y sentido común que posee nuestra religión, bien sea dentro de Ifá o de la regla de Oosa.
Muchas personas han querido manejar la religión a su gusto y conveniencia personal, desde aleyos hasta sacerdotes, apartando el mecanismo y proceso que garantiza el transitar de un destino llevadero, con soluciones y vencimiento a los obstáculos que se nos presentan. Este mecanismo es muy sencillo y práctico, simplemente es consultar al Ori de la persona que es lo que le conviene hacer y lo que no le conviene hacer, ¿complicado? ¿difícil?… para nada, es extremadamente sencillo, solo que Ori cuando es consultado correctamente muchas veces da indicaciones que van en contra de los intereses o las obsesiones de padrinos y ahijados.
Es de suma importancia usar el sentido común para preguntar a Ori sobre iniciaciones o consagraciones transcendentales, por ejemplo si un hombre es homosexual, y por poseer un Odù en su Isefa –mano de Òrúnmìlà- que indique que la persona debe ser consagrado como Bàbáláwo, no quiere decir que le tengamos que preguntar a Ori si le podemos o debemos hacer la consagración de Bàbáláwo a esa persona, de antemano se sabe que no se debe, y simplemente esa persona debe limitarse dentro de Ifá a poseer Isefa. Otro ejemplo podría ser un hombre que su Òrìsà Alagbatori sea Obaluaiye y posea en su Isefa algún Odù que indique que deba ser consagrado como Bàbáláwo, eso no quiere decir que vamos como tercos y necios a preguntar a Ori sobre la aprobación de dicha ceremonia, ya que se sabe de antemano que los hijos de Obaluaiye no deben ser consagrados como awoses, y así muchos cientos de casos más donde hay cosas que de antemano no se deben preguntar porque se sobre entiende por nuestras escrituras, por nuestra ley oral, por mera lógica, que se deben de cumplir como leyes que no se deben infringir, no es por discriminación, simplemente es porque son cosas perjudiciales para el iniciado y a su vez para el padrino.
La decisión de si una persona debe coronar su Òrìsà Alagbatori –ángel de la guarda- solo la determina el Ori de esa persona, de igual forma la decisión si se debe coronar o se debe consagrar –lavar santo, ceremonia donde no se corona, solo se consagra-, o simplemente la persona no debe de iniciarse en ceremonias sacerdotales, la tiene Ori, eso no lo deben decidir ni los padrinos ni la misma persona. De la misma forma si un hombre debe ser consagrado como Bàbáláwo, eso lo decidirá el Ori de el mismo. Normalmente los Bàbáláwos cuando hacemos las ceremonias de entrega de Mano de Òrúnmìlà, aprovechamos en el Ita de indagar con Ori sobre el destino dentro de la religión de la persona, y allí preguntamos si debe o no coronar su Òrìsà Alagbatori, si debe o no ser consagrado como Bàbáláwo.
Hay algunos Òrìsàs que al ser Òrìsàs Alagbatori, por coherencia lógica no deben ser coronados si el hombre va a ser consagrado como Bàbáláwo, simplemente se “lavan”, como son los casos de los Òrìsàs Ajagun, que son llamados guerreros. Hay ceremonias ancestrales que se hacen para que los Omo Élegba puedan coronar a esta deidad y así evitar que les traiga inconvenientes cuando sean Bàbáláwos, pero aclaramos que esto no es efectivo con todas las personas, por lo delicado de esta divinidad, de allí que lo más conveniente es preguntar a Ori a través de Ifá sobre el proceder, y lógicamente el que pregunta debe de tener el conocimiento de estas ceremonias importantes para evitar que la divinidad no se convierta en un obstáculo en la vida del Bàbáláwo.
De la misma forma hay otros que no deben lavarse y solo se deben coronar, como Obatalá o Sango, entre otros. Se han visto casos de personas que por diversos motivos deben de coronar su Òrìsà Alagbatori y no lo hacen, y la salida del padrino o madrina es: ‘¡lávalo!, aunque sea estas cumpliendo con tu “ángel de la guarda” y eso es algo…’. Esto es muy comparativo con la persona que padece de un terrible cáncer, debe de combatirlo con quimioterapias y radicaciones, pero en vez de someterse a ellas el médico le diga: “tomate estos esteroides, aunque sea es mejor que no hacer las quimioterapias y las radiaciones”. Error garrafal, no podemos hacer sacrificios y consagraciones por gusto o capricho, si la solución está en una ceremonia, no debemos de indicar otra para aliviar, “el enfermo no sanara”.
No debemos olvidar que la medicina que a uno lo salva a otro lo puede matar, y que no podemos recetar la misma medicina para todo el mundo, allí parte la inteligencia del sacerdote, su conocimiento y el cumplir sus funciones de manera correcta y honesta respetando la palabra de Ori, siempre apegado el cuestionamiento a las enseñanzas de Ifá.
Hay gente que no le hace falta coronar un Òrìsà o consagrarse como Bàbáláwo para tener éxito en la vida, cada cual tiene un destino diferente, hay personas que nos ha hecho falta someternos a estas ceremonias, hay otras que no, hay quienes solo con su Isefa – Mano de Òrúnmìlà- son persona exitosas, de la misma forma hay quienes nunca debieron coronar Oosa o ser consagrados como Bàbáláwos y actualmente son unos fracasados. De allí parte como premisa la honestidad de los sacerdotes, el indagar de manera correcta, el practicar y difundir una creencia con los intereses de que el necesitado, el prójimo, obtenga un verdadero beneficio y no perjuicios por hacer una religión basada en intereses personales.
De malas prácticas, de hacer cosas “de corazón” o por intereses propios, se tuerce el destino tanto del ahijado como del padrino, por no cumplir los parámetros correctos.
Rafael Molina Oluwo Ifasemu para Fraternidad Ifá de las Américas