Cuando la Carne programaba su descenso a la tierra, Òrúnmìlà le realizo adivinación, siendo el Odù Oyeku “X” el avistado. Ifá le aconsejo hacer sacrificio a Èsù, Ogún y a las divinidades de la oscuridad, esto con un gallo y nueces de Kola para revocar la maldición que Olódúmáré le implanto, la cual decía “te harás de la arena de la tierra, y terminaras devolviendo la arena a la tierra”. La carne se negó a hacer los sacrificios que Òrúnmìlà le indico.
En el descenso de la Carne a la tierra, esta estaba renuente a realizar los Ebó –sacrificio-, en su descenso se encontró con Èsù, el cual aparto a un lado y continúo en su camino; luego se encontró con las divinidades de la oscuridad y a estas las ignoro. Finalmente antes de llegar a la tierra se encontró con un gusano, el cual al ver su diminuto tamaño y aspecto este subestimo.
El gusano al ver cómo fue menospreciado e ignorado por el Cuerpo, lo maldijo diciéndole que iba a ser el alimento para el y sus hijos por siempre. De allí que todos los cuerpos de los seres vivos, humanos y animales sean devorados por estos invertebrados.
La vanidad y altivez del cuerpo humano, ha hecho que la maldición de Olódúmáré nunca haya sido revocada hasta el sol del hoy… “Polvo eres y en polvo te convertirás” y “te harás de la arena de la tierra, y terminaras devolviendo la arena a la tierra”.
Tomado de la Biblioteca de Fraternidad Ifá de las Américas
WWW.FRATERNIDADIFA.COM