Nuestros principios religiosos nos impiden juzgar a otros por su condición social.
Ya sea rico o pobre, bueno o malo, cuando alguien busca el apoyo de nuestras divinidades, nuestro deber es atenderlo, no juzgarlo.
Si una persona es un delincuente, la sociedad lo verá como lo que es, pero en muchos casos esa persona no sabe el daño que provoca, no mide el dolor que causa en los demás, porque a ningún verdugo le duele el sufrimiento que le causa a sus víctimas.
Si Esu nos trae a alguien a nuestros templos en busca de adivinación, es porque nosotros podemos servir como conductores del bien para transmitírselo a esa persona, no podemos prejuzgar a nadie, no podemos ser elitistas.
Nosotros, como humanos, podemos escoger a nuestras amistades y también a nuestros ahijados, pero como religiosos no podemos determinar a quiénes realizarle adivinación, porque simplemente somos conductores del ase que nos transmite Olódúmáré por medio de su oráculo sagrado que es ifá.
Cuando alguien está siguiendo un camino desviado y llega a tu casa, ese oráculo, por medio de su portavoz, el sacerdote, es el que puede cambiar la vida de esa persona.
Ifá se pronuncia de una forma directa en contra de la deshonestidad en cualquier sentido, porque ifá reconoce que existe esa deshonestidad. Por ello, nos aconseja a todos los seguidores de nuestra religión no dejarnos deslumbrar por las cosas materiales, pues nosotros venimos a este mundo sin nada y lo que logremos es para tenerlo mientras vivamos, pero no nos lo podemos llevar al cielo.
Lo que consigamos será lo que esté destinado que tengamos o lo que por nuestros sacrificios, esfuerzos o por los ébó que realicemos, logremos alcanzar, pero no podemos nunca forzar el destino, no podemos medir nuestra suerte por la suerte de los demás. La vida no es pareja, cada quien tiene destinos diferentes y al final, lo que a unos les sobra en algún aspecto de su vida, le falta en otras cosas.
Algunos darían un riñón por dinero, porque creen que sus problemas económicos lo ameritan, pero otros, que sí tienen una buena posición económica, darían todo su dinero por ese riñón, porque para ellos que lo tienen, saben que sin salud el dinero de nada sirve. Por ello, el no tener o el no tener mucho no nos puede hacer tomar acciones precipitadas.
Los caminos para alcanzar la abundancia no son muchos comparados con los caminos que se presentan como tentaciones para desviarnos de nuestro camino original.
Es ahí cuando, quizá, realizamos acciones para obtener cosas sin medir las consecuencias que ese camino nos podría dejar, ¿quién no ha actuado de una forma ilegal en algo en la vida? Y en estas ocasiones, en cualquier caso que podamos imaginar, desde algo muy sencillo, aunque sea algo mínimo, hasta acciones muy peligrosas (y la mayoría de las veces se hace por tener una mejoría de vida o simplemente por evitar gastar lo que consideramos propio , como puede ser el simple hecho de buscar una excusa para no pagar impuestos), se está arriesgando la libertad con tal de obtener un bienestar que puede ser momentáneo o temporal.
Con las ganancias que nos dan acciones de esa índole podemos darle una mejor vida a los nuestros y también podemos tener una mejor vida nosotros, pero ¿a cambio de qué?
Nunca se miden las consecuencias que nos puede traer el ser deshonestos y en muchos casos, por no decir en la mayoría, el precio es muy, pero muy, alto y nos damos cuenta en el momento en que estamos detrás de las rejas. Entonces, ¿de qué sirve que por un tiempo les hayamos dado una buena condición de vida a nuestros familiares? Sobre todo, cuando llegada la hora no podamos brindarles nuestro cariño, nuestro apoyo, ni nada y para colmo seamos culpables del bochorno que pasen nuestros hijos cuando tengan que decir dónde está su papá, o simplemente tengan que negar quiénes son sus padres, por representar esto una gran vergüenza y pena ante la sociedad. A nadie le gustaría decir “mi papá está preso” o “mi papá es ladrón o asaltador o traficante”.
¿Qué tiempo puede durar el bienestar cuando se consigue de una forma donde se puede poner en riesgo la libertad e incluso la propia vida?
La vida fuera de lo legal no dura mucho, por eso ifá nos explica cómo honestidad realizó sacrificio para, a la larga, alcanzar lo que la deshonestidad, en cualquier forma que se presente, puede lograr. Veamos el siguiente Ese Ifá del libro de apola ogbe de Popoola:
Bí iwájú ìkà bá dára láyé
Èyín ìká kò níí sunwòn
A kìí fi ìkà di erù kó gún gégé
Díá fún Òtító inú
Omo òtìtè afitèlè te’lè
Traducción:
Si la fase inicial de una persona cruel (deshonesta) es buena en su vida
El extremo del malo nunca será encantador
Nosotros no podemos comenzar nada con crueldad y esperar tener éxito en la vida
Éstas eran las declaraciones de ifá a la Honestidad de Uno
La descendencia de quien pisó con cautela
El hombre Honrado fue por la consultación de ifá cuando él descubrió que todas las personas honradas en el mundo estaban teniendo uno u otro problema, mientras el malo, el mentiroso, el ladrón, el asesino, el timador y todos aquellos que manifestaban alguna forma de vicio contra la sociedad o contra el prójimo estaban teniendo días del campo (días buenos). Los buenos eran pocos, mientras los malos eran la gran mayoría.
Mientras los mentirosos eran ricos, los honrados eran pobres. Mientras los timadores disfrutaron los materiales mundanos más buenos, los honrados apenas lograban tener para vivir. Mientras se temía y respetaba a los asesinos y ladrones, los honestos fueron desairados y se relegaron a un segundo plano.
Por consiguiente, el honrado fue al awo para una consulta con ifá, él quería saber si merecía la pena continuar siendo honesto y honrado. El awo nunca le dijo que considerara lo que él estaba diciendo por los problemas que estaba experimentando. Le aconsejaron que incluyera paciencia como parte de sus cualidades. También le aconsejaron que ofreciera dos palomas, dos gallinas y dinero como sacrificio. Él cumplió.
No demasiado tiempo después, el Honrado vio a muchos mentirosos deshonrándose, pudo comprobar cómo los timadores eran encarcelados, vio cómo todos los ladrones y los ímprobos eran sumamente infelices, presenció como muchos asesinos fueron ejecutados. Él dio testimonio de cómo los malos eran desterrados de la sociedad. En la palabra el Honrado comprendió que, en el futuro, todas las personas ímprobas estaban viviendo meramente vidas falsas. Ellos nunca estaban contentos. Ellos siempre se sentían inseguros.
Al mismo tiempo, el Honrado comprendió que, aunque aquellos que eran verdaderos y honrados no podrían ser ricos, estaban, sin embargo, contentos y satisfechos con lo poco que tenían. Ellos comprendieron que la acumulación de materiales mundanos de una manera falsa no sumaba nada. Era la riqueza espiritual la que traía satisfacción eterna.
Bí iwájú ìkà bá dára láyé
Èyín ìká kò níí sunwòn
A kìí fi ìkà di erù kó gún gégé
Díá fún Òtító inú
Omo òtìtè afitèlè te’lè
Olódúmáré ló ni ilè
Olódúmáré ló ni ìdájó
Èsan ni ti Olódúmáré
Oba yóó san-án fún Oníkálukú
Gégé bí isé owó o won
Traducción:
Si la fase inicial de una persona cruel (deshonesta) es buena en su vida
El extremo del malo nunca será encantador
Nosotros no podemos comenzar nada con crueldad y esperar tener éxito en la vida
Éstas eran las declaraciones de ifá a la Honestidad de Uno
La descendencia de quién pisó con cautela
Olódúmáré es el dueño de la tierra
Olódúmáré es el dueño de juicio
La venganza es para Olódúmáré
El rey tocará a cada individuo
Según su obra hecha a mano
Ifá dicen que si el consultante es honrado, él o ella tendrán paz de mente. Con paciencia, él o ella heredarán el mundo. El consultante también será un testigo viviente de la caída de las personas deshonestas.
La forma en que se manifiesta la honestidad en los sacerdotes de Oosa e ifá dentro de la religión Yoruba es en la manera en que empleamos el oráculo o las divinidades.
Debemos evitar crear miedo en los que nos consultan y mucho menos aprovechar ese miedo para llevarlos a consagraciones para las que la mayoría aún no están preparados.
Aun cuando un odu habla de muerte o accidentes, el mismo odu tiene sus sacrificios para evitarlo. No es llevando a una persona a consagrarse como se van a evitar esos problemas, con esas acciones sólo demostramos falta de conocimiento.
No tenemos que dejar todo en manos de una consagración para quitar algo que se puede solucionar con un sacrificio, incluso en los casos donde realmente la persona puede correr riesgo de muerte. Lamentablemente, hay sacerdotes que en muchos casos solo se inventan esos peligros para crear el pánico y de esta forma realizar consagraciones que quizá la persona va a abandonar después, porque no comprendió jamás las responsabilidades e implicaciones de estas ceremonias.
Es importante repetir y enfatizar que nosotros no juzgamos a nadie, porque esa no es nuestra función, nosotros, con esta nota, no estamos criticando a nadie, sólo estamos dando el punto de vista de nuestra religión ante estos temas, tratando de hacer conciencia en los jóvenes y, en general, en todos los seguidores de nuestra religión para que busquemos juntos el desarrollar la paciencia como el arma para alcanzar el bienestar y veamos a la ambición como aquello que no debemos permitir que se desarrolle en nosotros.
A nombre de la Sociedad Yoruba de Mexico
Leonel Gámez Osheniwo