«Es difícil saber dónde está la línea divisoria entre el bien y el mal. Es terrible que las enfermedades maten 57 millones de seres humanos por año, pero pensemos en el caos que habría por superpoblación si no existiera la muerte. Si todo en la tierra fuera bueno y perfecto nadie quisiera abandonar el planeta; nadie querría retornar a Dios. Por lo tanto en cierto sentido, la desgracia es nuestra mejor amiga, porque muchas veces nos motiva e impulsa en buscar a Dios.»
Fragmento extraído de la colección de artículos de Fraternidad Ifá de las Américas, articulo por Rafael Molina Oluwo Ifasemu.