En las creencias Africanas lo sacro y lo que se opone a él, lo secular, como las conductas y acciones nocivas socialmente van de la mano, no hay algo que las divida, toda conducta tiene su efecto en el mundo espiritual donde se cultiva cualquier creencia sagrada.
Una ofensa contra el ser humano es una ofensa contra Dios – Olódúmáré-, de la misma forma una ofensa contra Dios es una ofensa contra el ser humano, fue Olódúmáré el creador del hombre, por lo tanto cualquier acto delictivo que rompe el orden moral de la sociedad traerá consecuencias ante Olódúmáré y las divinidades.
Nuestra creencia Ifá – Òrìsà no posee documentación oficial que demuestre lo que es legal o no lo es, correcto o incorrecto, pero los ancestros Africanos tienen un código de conducta apegado a la moralidad y el respeto a la vida en general que muchas creencias y culturas del viejo continente mantienen y conocen. Ese código de conducta orienta a las personas a vivir en conformidad con el bienestar de la sociedad donde se desenvuelve. Este código de conducta se ha transmitido de generación a generación, como una ley Oral, así mismo como fue cultivado el contenido de Ifá y la Oosa antes que de que llegara a hacerse escrituras por parte de los investigadores Europeos e Hindú.
Mucho leemos y podemos observar de lo que fueron las Sociedades Ogboni de diferentes pueblos de Nigeria y Dahomey, quienes eran las responsables por la justicia y el orden social no solo entre religiosos, sino, también entre la sociedad en general, sin embargo, en la antigua sociedad africana siempre existió la penalización de la deslealtad (llamada violación de pacto), el robo, incesto, violaciones, la irreverencia y falta de atención y respeto a los padres y mayores, la mentira, el asesinato, el acoso sexual y Psicológico, el levantar falsas injurias contra los mayores y gobernantes de determinado pueblo, jurar en vano, el abuso humano y toda practica maliciosa en general que fuera contra las normas del orden moral con sentido común que afecten a la sociedad.
Actualmente Nigeria es el país con el mayor índice de delitos religiosos del mundo, sin contar con su etiqueta de ser uno de los primeros en el Ranking de los países donde se comenten mayores estafas. Pensamos que lamentablemente una de las cosas que influyo para la decadencia de parte de la sociedad africana actual fue la evangelización por parte de los colonos Ingleses, así como la introducción del islamismo, los cuales desplazaron en su mayoría los antiguos y respetuosos dogmas de orden social y espiritual que mantenían muchas creencias africanas nativas, donde el respeto ajeno, el respeto a todos los seres humanos, a la tierra, a sus frutos, a sus hijos, era una prioridad, que hoy en día pasa a ser desplazada por las páginas de los evangelios, las cruces y los extremistas islámicos.
Hoy en día vemos como el ultimo y actual Alafin de Oyo, Lamidi Olayiwola Adeyemi III tiene el mismo cargo que tuvo en la tierra la divinidad Sango cuando fue el segundo Alafin de esa tierra Yoruba, hoy en día, Adeyemi III, pasea el mundo con sus cuatro jóvenes esposas, con atuendos de un monarca Yoruba, diciendo que es la máxima representación del Orisa Sango en la tierra, pero perteneciente a la religión islámica. Contradictorio?… irónico.
Los tiempos de hoy, no son los tiempos del pasado que se vivían en Nigeria o en Cuba, donde existía la honestidad como premisa entre las enseñanzas de los mayores y líderes de los diferentes cultos y religiones. En Cuba, de orígenes Africanas, en Nigeria al igual que otros países del viejo continente, las etnias tribales tenían dentro de sus creencias el comportamiento anormal, los actos criminales, como conductas que no eran ajustadas a la sociedad y eran, según la falta o delito, penadas, por lo menos sometidos al escarnio público, los castigos de mayores a menores, era lo más sutil y sublime entre las consecuencias que debían de pagarse, y la traición de un Rey se pagaba con la muerte. Cuantos presidentes de naciones hoy en día han traicionado a su pueblo?, y ni cárcel han pagado.
Trataremos este articulo, en una serie de breves notas donde mostraremos algunas de las faltas como son contempladas en nuestra creencia Ifá – Òrìsà:
La Mentira
La Mentira es la afirmación que una persona hace consciente de que no es verdad. El ser mentiroso no solo afecta a los seres humanos, sino, también a las divinidades o deidades, decir mentiras etiqueta al que lo hace como un ser deshonesto. Los antiguos africanos enseñaban a sus hijos siempre a decir la verdad, porque creen que un mentiroso es propenso a ser participes de otras formas de delitos, como robar. El dicho es: «El que miente es el que roba.»
Es un mal común entre algunas personas, considerado muy lamentable sobre todo cuando la verdad se sabe. Ortodoxos sacerdotes y mayores de las creencias africanas invocan maldiciones sobre los mentirosos, mientras que las divinidades también los condenan. La mentira es un delito corporativo.
Acerca de mentir al oráculo de Ifá dice en el Odù Ogundá Bede:
…El impostor fue en un viaje de veinte años y nunca regresó.
El mentiroso se fue en un viaje de treinta meses y nunca regresó.
Así, el oráculo advirtió a farsantes y mentirosos cuando iban de viaje. Ellos fueron advertidos de no engañar o traicionar a otros en la tierra extranjera.
Rectitud, les advirtió, pero nunca tuvieron en cuenta la advertencia. La advertencia fue dada por Òrúnmìlà a través de Ifá. Vengarse pertenece a Olódúmáré, al Todopoderoso, que recompensa a todo el mundo conforme a sus obras.
Los mentirosos no saben la verdad, sino decir la mentira. Le llaman rojo a lo que es blanco y negro lo que es de color rojo para sus propios fines, y por mentir perjudican a otras personas.
El oráculo en el Odu Ejiogbe dice esto acerca de los mentirosos y la mentira:
Los que llaman efuru efuru,
bien, nuestro Padre mirará desde los cielos
Los que llaman efuru efuru,
bien, nuestro Padre mirará desde los cielos.
Muy bien, aquellos que llaman una hoja de iroko una hoja de oro
bien, nuestro Padre mirará desde los cielos.
Muy bien, los que llaman a una tortuga una paloma,
bien, nuestro Padre mirará desde los cielos.
Muy bien, los que a lo amargo a lo que es dulce,
bien, nuestro Padre mirará desde los cielos.
Muy bien, lo que declara el oráculo para los mentirosos y engañadores.
El oráculo en el Odu Obara Meji dice:
Mentir no impide el llegar a ser rico.
Pacto sin precedentes no impide que lleguen a una edad avanzada.
Pero el día de la muerte traerá retribución.
En las creencias africanas se piensa mucho sobre el más allá. Ellos saben que los mentirosos van a sufrir durante y después de su muerte, de modo que la medida de lo posible, mantenerse alejado de lo que dará lugar a tanto sufrimiento.
Incluso cuando los seres humanos son engañados, Dios ve a los mentirosos y sabe la verdad y se imponga las sanciones correspondientes. Los sacerdotes sabios de las creencias Ifá – Orisa temen la ira de Olódúmáré y los Orisas, que conduce a la miseria y la desgracia. Ellos prefieren el placer divino de la ira divina, y las bendiciones divinas al castigo divino. Cuando los mayores sabios dicen que «Dios juzgará», pincha la mente de un mentiroso o de la conciencia y la maquinaria se pone en marcha dentro de él que le hace confesar que le dijo una mentira. Se puede pedir a jurar, y puesto que él sabe que el jurar falsamente traerá repercusiones serias, inmediatamente se retractara de jurar.
Las Divinidades no son compatibles con la mentira o la falsedad. Las divinidades de la religión tradicional de África ordenan a sus adoradores a decir la verdad en todo momento y prometen su apoyo a la verdad.
El decreto se expresa en el oráculo en el Odu Ejiogbe:
Ser honesto, ser justo!
¡Oh, ser veraz. ser justo!
Es verdad lo que dices que el apoyo divinidades.
Ser honesto, ser justo!
Aunque mentir puede ser un mal común, los practicantes de Ifa y Oosa siempre tienen a sus deidades para advertir del castigo de estas. La ira divina, que es insoportable es un gran factor en la prevención de la delincuencia.
En tiempos pasados, esta era la manera de mantener el orden social y religioso entre las etnias africanas, hasta que llegaron los 10 mandamientos bíblicos, los cuales no tienen nada de diferentes en la finalidad de sus aseveraciones.
Continua…
por Rafael Molina Oluwo Ifasemu para Fraternidad Ifá de las Américas.
Primera Edición: 24 de Octubre de 2014
Bibliografía consultada: S. A. Adewale