¿Quién es Oduwa?
Conceptos polémicos, gran desinformación, la historia muestra una realidad…
Traemos un antiguo artículo, resultado de una investigación objetiva, el cual queremos compartir con ustedes, para dar luz sobre una divinidad llena de complejidades como lo es Oduwa, esperamos lo disfruten…
Miami 27 de Noviembre de 2015
Oduduwa es una de las principales deidades de la religión Yoruba, esta deidad encierra una serie de misterios e historias que hacen que la persona que trate de profundizar en su realidad genere sistemáticamente una serie de dudas y conflictos conceptuales de los cuales ni los primeros historiadores de los Yorubas lograron definir con objetividad, entre lo más polémico su género y su data existencial.
Comenzaremos haciendo referencia objetiva al concepto masculino de Oduduwa, que es el que la mayoría en Occidente hemos manejado y hemos heredado de las generaciones ancestrales de nuestra religión, este concepto masculino de la deidad es prácticamente reciente, apoyado por el último Feyisara Sopein, cuyos informes de las deidades yorubas suelen ser muy fantasiosos.
Oduduwa es considerado como el Olofen Akoko o el señor que vive en el castillo; según algunos mitos, a Oduduwa se le considera como divinidad primordial, al igual que un antepasado deificado.
Algunos yorubas, especialmente aquellos de Ilé Ife, hacen hincapié en la tradición que sostiene que Oduduwa fue el creador de la Tierra y sus habitantes, como resultado del fracaso de Òrìsà Nlá en cumplir el mandato de Òlódùmarè por haber estado embriagado.
Hay otra tradición, que la gente de Ife desaprueba, que plantea que mucho después que Ife ya había sido creado y poblado, un grupo de viajeros guiados por un guerrero que más tarde llegó a ser conocido como Oduduwa, llegaron a Ife, conquistaron a los habitantes originales y se establecieron allí. Oduduwa procreó muchos hijos que posteriormente se convirtieron en los progenitores de los diferentes clanes que hoy constituyen el pueblo yoruba.
Ahora bien, llegamos a la parte más polémica pero a su vez la más interesante, ¿es Oduduwa una deidad femenina?
Ella está considerada como la progenitora de la raza yoruba dentro de la mitología Òrìsà, los Yorubas generalmente se titulan ellos mismos como “Omo Oduduwa” (“Descendientes de Oduduwa”). Todo yoruba que ha prestado algún servicio distinguido a su país o ha demostrado en un grado destacado algún atributo humano excelente, es generalmente presentado con este título como un cumplido. Si ampliamos nuestra visión observaremos que la historia Yoruba no hace referencia a los de esa raza únicamente, sino a toda la humanidad.
Con su adopción como progenitora de la raza yoruba parece haberse originado una tendencia para considerarla como una líder y heroína, como consecuencia de lo cual, las recientes historias que la transforman en una deidad masculina fueron inventadas.
Una investigación exhaustiva sobre estas contradicciones muestra que Oduduwa fue, originalmente, la respetable esposa de Obatalá, el dios de la pureza. Como su marido, ella poseía muchos hermosos atributos. Posteriormente, cuando su adoración se degeneró, se inventaron historias en defensa de las repugnantes características asociadas a su adoración.
Algunas de las últimas historias también sugieren que los malos atributos de otras diosas ya no adoradas les fueron transferidas a ella.
Las aventuras amorosas asociadas con su nombre, especialmente en la leyenda relacionada con su ilícita pasión por un cazador, y de la fundación de la ciudad de Ado, son tan repugnantes que es cierto que los Yorubas nunca habrían aceptado a tal mujer como la respetable progenitora de su raza. No es remota la conjetura de que la inmoralidad es sugerida por la idea de que OBATALÁ Y ODUDUWA ESTÁN ENCERRADOS EN UN INSEPARABLE ABRAZO, QUE SIMBOLIZA LA UNIÓN ENTRE LA TIERRA Y EL CIELO.
En los mitos más antiguos, ella es atribuida con prioridad de existencia con respecto a Obatalá. A ella se la considera como teniendo una existencia independiente, y como coetánea de Olorun, la Deidad Suprema con la que ella es asociada en la obra de la creación.
ELLA ES LA MUJER DE OBATALÁ. SU UNIÓN ESTÁ CONSIDERADA SIMBOLIZAR LA UNIÓN ENTRE LA TIERRA Y EL CIELO. LA UNIÓN ESTÁ SIMBOLIZADA POR DOS CALABAZAS BLANQUEADAS, COLOCADAS ESTRECHAMENTE JUNTAS, UNA ENCIMA DE LA OTRA, QUE UNA VEZ UNIDAS SON CONSIDERADAS COMO INSEPARABLES. POR LO TANTO ODUDUWA ES CONOCIDA COMO ‘IYA AGBE’ (‘MADRE DE LA CALABAZA’ O ‘MADRE DE LA CALABAZA CERRADA’).
La historia Yoruba de la creación de los seres humanos le da gran credibilidad a la feminidad de esta deidad y por ser la primera parte o el primer paso teológico Yoruba considerado en todo su contexto, mirémoslo del Angulo que lo miremos, sea del llamado tradicionalismo o de la diáspora, el primer ser humano fue Oranmiyán, quien fue procreado de la unión de Òrìsà Nla (Obatalá), deidad masculina y Oduduwa, deidad femenina, quien descendió desde el cielo a la tierra por medio de una cadena, de allí la unión de el cielo (Obatalá) y la tierra (Oduwa). Esta historia del primer ser humano es innegable, ya que ha sido plasmada por casi todos los historiadores e investigadores Yorubas desde tiempos inmemorables. LA TESIS QUE MENCIONA IDOWU -HISTORIADOR- SE CONVIERTE EN UNA REALIDAD CUANDO DICE QUE EL NOMBRE DEL HÉROE QUE CONDUJO A SUS HOMBRES HASTA ILE IFE Y CONQUISTÓ A SUS HABITANTES ORIGINALES PUDO HABER SIDO OLVIDADO Y QUE EL NOMBRE ODUDUWA PERTENECIÓ ORIGINALMENTE A UNA DIVINIDAD Y NO A UN PERSONAJE A QUIEN POSTERIORMENTE SE LE DIERA EL NOMBRE.
En Ugbo, una muy antigua ciudad de Ilaje en la División de Okitipupa, existe en la actualidad una fuerte tradición oral que enfatiza el hecho de que la gente de Ugbo eran los habitantes originales de Ile Ife donde a Òrìsà Nlá se le llama Òrìsà Onile, la divinidad que posee la Tierra.
La gente de Ugbo reclama que ellos habían vivido en Ile Ife desde mucho antes que Oduduwa y su grupo llegara y los expulsara. Los mayores del pueblo de Ife no desconocen esta lucha, la cual tuvo lugar hace mucho tiempo entre ellos y la gente de Ugbo (llamados igbo por la gente de Ife). Esta lucha entre los seguidores de Òrìsà Nlá(Obatalá) y los de Oduduwa fue feroz y anualmente se reedita en la fiesta de Edi en Ile Ife en la que el Obawinrin, vestido con hierba y representando a la gente de Ugbo, combate con el Ooni (el rey de Ife y que representa al grupo de Oduduwa) en una lucha fingida. El primero tiene que caer en señal de sumisión ante el segundo.
No obstante, se debe señalar que el primer hijo que le nació al campeón de la gente de Ugbo después de la terrible batalla se llamó Orun-m aken ja, Orun mo akin ija, esto es, «el cielo sabe quién es el campeón del duelo». Esta tradición de Ugbo es muy aclaradora con referencia particular al complejo problema de Oduduwa y Òrìsà Nlá.
Hay lugares en Ilé Ife que en la actualidad no pueden ser vistos por gente tradicional de Ugbo; y también se cree que si cualquier gente de Ife pusiera los ojos en la ciudad de Ugbo, morirán. Cuando las personas que viven en Ife necesitan pasar por Ugbo, se tapan la cabeza.
Dicen que Oduduwa fue expulsado de la Meca después de conspirar contra el islamismo. Se plantea que él era el hijo, príncipe heredero, de un rey llamado Lamurudu.
Él y sus seguidores tuvieron que abandonar la Meca y emprendieron una larga y fatigosa marcha hasta llegar a Ilé Ife caminando noventa días con sus noches. Todo ello ocurrió después de Mahoma.
En su afán de transformar el Islam al paganismo, Oduduwa convirtió la mezquita grande de la ciudad en un templo, y de la noche a la mañana, este fue visto lleno de ídolos fabricados por un sacerdote de nombre Asara, quien tenía un hijo nombrado Braima.
Braima creía tanto en el Islam como el día de su nacimiento. Durante su juventud vendía los ídolos de su padre y como era tan fanático al Islam aborrecía tener que vender imágenes.
Cuando Braima pregonaba la venta de sus artículos decía: ¿Quién quiere comprar falsedades?
Braima creció con tanto odio en el corazón que cuando tuvo edad suficiente destruyó a hachazos los dioses de su padre. El hacha utilizada quedó colgada en el cuello del ídolo principal con figura humana.
Al principio se desconocía al autor de la herejía; pero pronto se investigó y descubrió quien había sido el iconoclasta, que al ser interrogado dijo: «Pregúntenle a ese gran ídolo quien fue el que lo hizo». Los interrogadores le preguntaron si él creía que el ídolo podía hablar y dicen que Braima contestó: «¿Por qué veneran cosas que no hablan?» Entonces se recopilaron mil pilas de leña para la hoguera y se trajeron varias ollas de aceite para encenderlas. Braima murió quemado por acto de grosera profanación; estalló la guerra civil y los mahometanos, más poderosos, liquidaron a los partidarios de Oduduwa. Lamurudu fue asesinado y todos su hijos y seguidores expulsados de la ciudad.
De acuerdo con las tradiciones citadas por Samuel Johnson en su famosa obra History of Yoruba, está resuelta una de las interpretaciones de los yorubas que afirman que estos proceden de algún lugar del Oriente, que pudiera ser la Meca, el Alto Egipto, Nubia o el Nilo.
Según la versión de Johnson, Oduduwa y sus hijos juraron odio mortal contra los musulmanes de su país y decidieron vengarse de ellos, pero Oduduwa falleció en Ilé Ife antes de ser lo suficientemente fuerte como para emprender la marcha contra sus enemigos. De acuerdo con esa tradición, Okambi, hijo mayor de Oduduwa, comúnmente llamado Ideko Seroake, también dejó de existir en Ilé Ife, dejando a siete príncipes y princesas de quienes descendieron varias tribus de la nación Yorùbá.
Narra una tradición de Benín, que Oduduwa fue un príncipe de ese pueblo cuyo nombre era Ekaladerhan y que fue confinado por su padre Owodo, el ultimo Ogiso, título con el que se designaba a los gobernantes de Benin, nombre de un reinado enclavado en tierra nigeriana y que actualmente se denomina estado de Bendel.
Ekaladerhan era hijo único de Owodo. Cuentan que, como resultado de una intriga familiar, las esposas de Owodo se reunieron con él y después de mucho discutir, lo convencieron de que según el oráculo, tenía que matar a su hijo o de lo contrario, ellas no tendrían más hijos. Se dice que el Ogiso meditó por largo tiempo; pero finalmente, decidió no matar a su primogénito, sino desterrarlo lejos.
Afirman los habitantes de Benin, llamados por aquel entonces igodomigodos, que el día en que Ekaladerhan abandonó la ciudad con sus seguidores, fue un día doloroso, afligido, angustioso, un día frío, sin lluvia ni sol y que el pueblo todo se conmovió y consternó al conocer la desdicha ocurrida.
Ellos, que habían albergado la esperanza de que el príncipe Ekaladerhan sucediese a su padre, cuando este falleciera, sobre todo teniendo en cuenta que en aquella época ya treinta ogisos habían renunciado al poder como consecuencia de pugnas y conflictos internos, ahora veían sus planes frustrados y sufrían la macula de un rey renegando de su hijo. Como castigo al imperdonable proceder del ogiso Owodo, el pueblo decidió destronarle.
Los que han oído esta leyenda dicen que este acontecimiento fue seguido por un largo y tormentoso período de gran inestabilidad política en el antiguo estado de Benin.
Asimismo, afirman que cuando Ekaladerhan fue expulsado por su padre arribó a Ilé Ife con sus acompañantes y la gente de aquel lugar los miraban con ojos extrañados y asombrados, sin poder entender la lengua que hablaban. Dicen que Ekaladerhan después de haber andado un largo tramo, seguido por un grupo de curiosos, buscó un espacio apropiado y se sentó; escudriñado aún por las miradas atónitas de quienes en aquel instante lo rodeaban y contó su triste historia en lengua Beni, desconocida por los moradores de Ilé Ife.
Los que después entendieron dijeron que durante su narración, Ekaladerhan explicó cómo él había sido fiel a su padre, a quien respetaba y admiraba; sin embargo, este, guiado por la intriga y la ignorancia, en un acto de injusticia y de crueldad, lo había expulsado de su reino. Añadió como en estas circunstancias, de príncipe había pasado a simple vagabundo, sin gloria ni fortuna.
Cuéntese que de todas las palabras pronunciadas por el antiguo príncipe, la que más fijación tuvo en la mente de los pobladores de Ilé Ife fue Oduduwa.
Siempre que se conversaba con él, se le escuchaba decir esta palabra. Con el tiempo se supo que esta pertenecía a la lengua bini, cuyo significado era pesar, aflicción, remordimiento, literalmente significa «tropecé con la fortuna». Los habitantes de Ilé Ife interpretaron el vocablo Oduduwa como el nombre de Ekaladerhan; y tergiversando su pronunciación, comenzaron a llamarle por el nombre de Oduduwa.
Recuerda la tradición que un día llegaron a Ilé Ife varios mensajeros de los igodomigodos para informarle al príncipe la muerte de su padre y suplicarle que retornara su pueblo natal, con el fin de asumir el trono.
En esa época Oduduwa había establecido su propio gobierno, tenía su familia y había perdido todo interés en regresar al lugar de donde lo habían expulsado, por lo que se negó rotundamente a la súplica de los enviados, quienes insistieron hablándole de la necesidad de frenar la subida y caída de ogisos unos tras otros, hablaron de los tiempos de la mala muerte y sin cosechas, de la desconfianza hecha persona, apareciendo por todas partes.
Le prometieron que con él serían el uno para el otro y el otro para uno, que cuidarían la unidad de Igodomigodo como la niña de los ojos de Dios que todo lo ve.
Oduduwa parecía no escucharlos. Mientras los mensajeros hablaban él se mantuvo todo el tiempo con los ojos cerrados como inmerso en reposado sueño. De súbito y como si despertara de una larga reflexión, exclamó: iDe acuerdo! Les prometo enviar a mi hijo Oranmiyán y garantías doy de que él sabrá gobernar tanto o mejor que yo.
Entonces los mensajeros, con rostro alegre y solemne, inclinando la cabeza murmuraron: que así sea!, ¡que así sea! Y continuó hablando el viejo:
– Ante todo, tienen que darme una prueba de que ustedes y los que están antes y después de ustedes allá en Igodomigodo han alcanzado la cumbre de la seriedad y responsabilidad. Los mensajeros se comprometieron en nombre de ellos y de los demás. Oduduwa hizo propuesta y cumplió.
Envió siete piojos a los jefes de aquella ciudad para que se los cuidaran y retornaran a los tres años, si es que eran capaces de conservarlos. Transcurrió el tiempo y los piojos fueron devueltos sanos, salvos, engordados, crecidos y hasta tenían mejor color.
Oduduwa conmovido e impresionado por tal actitud terminó por concluir que un pueblo capaz de cuidar con tanta tenacidad y esmero a siete insectos insignificantes, bien podía ser merecedor de recibir a su hijo y lo envió.
Para los habitantes de Benin esta es la historia que explica que se le atribuya a Oranmiyán ser el fundador de aquel reinado y el considerar al rey de Ilé Ife como su propio y auténtico monarca.
Una versión de carácter histórico nos muestra a Oduduwa, también llamado, Oduwa u Olofin como un guerrero que se enfrenta a Obatalá, líder del pueblo Igbo, asentado en Ilé Ife.
Se especula que Oduduwa ordenó la redacción de una Constitución para el pueblo de Ilé Ife y el establecimiento de un gobierno que debía estar encabezado por él. Al enterarse Obatalá de esta decisión se opuso tajantemente, alegando que él tenía tantos o más méritos que Oduduwa. Como consecuencia de las contradicciones entre ambos líderes, Obatalá no tardó en alzarse en las colinas siendo seguido por su gente.
Después de larga y encarnizada contienda, Obatalá fue finalmente derrotado por Oduduwa y sus hombres.
Un historiador nigeriano relata que antes de Oduduwa existían trece grupos de aldeas en Ilé Ife y este pertenecía a uno de ellos. Cada aldea tenía un jefe o rey y entre estos se rotaban el gobierno.
Durante el régimen de Obatalá, Oduduwa pertenecía a un grupo que habitaba las colinas de Oke Ora y desde ese lugar se enfrentó a él.
Esta lucha duró una generación y al final se impuso el grupo de Oduduwa quien logró la victoria gracias al decisivo apoyo de una bella y hermosa mujer llamada Moremi.
Refiere una tradición que cuando el conflicto estalló entre los dos bandos, Moremi, que pertenecía a las huestes de Oduduwa y de quien se dice fue su esposa, se preguntaba una y mil veces cuál era el secreto de los fáciles triunfos obtenidos por el enemigo.
Obsesionada por esta idea cuéntese que Moremi fue al río y prometió a los dioses que si ella lograba desentrañar el secreto de Obatalá, en recompensa sacrificaría a su único hijo nombrado Oluorogbo.
Según esta leyenda, la bella Moremi dejó se capturar por los igbo, que eran la gente de Obatalá y una vez en el campamento de estos pudo conocer en que consistía su táctica de combate.
El misterio radicaba en que los soldados obatalaénses cubrían su cuerpo con hojas para hacerse pasar por espíritus, por consiguiente, siempre que los seguidores de Oduduwa veían aquellas matas vivientes caminando, huían sin que nadie los pudiera detener.
Hay quien cuenta que Moremi pudo conocer el secreto cuando el rey de los igbo la hizo su mujer y entonces ella se ganó la confianza de este.
Moremi logró huir y se lo contó todo a Oduduwa. A partir del descubrimiento hecho por la heroína no bubo más desbandada y Oduduwa resultó vencedor.
Moremi cumplió su promesa sacrificando a su hijo en el río Ezimirin.
Después de la victoria de Oduduwa, este se dedicó a establecer una monarquía bien organizada y unió a las trece aldeas.
Algunos investigadores afirman que después de la muerte de Oduduwa, ambos grupos se unieron mediante un acuerdo en el cual la autoridad política la ejercían los seguidores de Oduduwa a través de un símbolo, la corona de are, mientras que los fieles a Obatalá adquirieron la autoridad religiosa.
A Obatalá también se le da una gran significación como artista jefe, planteándose que durante su predomino entre los igbo el título Obatalá tenía carácter supremo y fue cuando se produjo el nacimiento de las grandes obras maestras de la artesanía.
Para Abimbola, prestigioso profesor e investigador Yoruba, rector de la Universidad de Ilé Ife y autor de varias obras sobre las tradiciones y creencias de este pueblo, así como también para otros autores. Oduduwa fue quien creó el gobierno moderno y las instituciones y organizaciones que hicieron famosa a la nación yoruba.
Según Abimbola, Oduduwa fue el primer Ooni u Olofin. Tuvo varias esposas entre las que se encontraban Olokun Seniade, Osara y Ojummo-Yanda. Algunos plantean que tuvo siete hijos, otros dicen que dieciséis.
El prestigioso historiador Basil Davidson en su obra A History of West Africa 1000-1800, menciona que uno de los hijos de Oduduwa se convirtió en el primer Alafin de Oyó, así como en el padre del primer oba de Benin. Otro de sus hijos fue el primer Onisabe de Sabe: se habla de una hija mayor de quien se dice fue madre del primer Alaketu de Ketu en Dahomey, mientras otra hija dio a luz al primer Oluwo de Owu, dicen que murió ciego a los ciento cincuenta años.
Mientras más hurgamos en la historiografía yoruba, mayores son las coincidencias en asignarle una existencia real a la figura de Oduduwa.
El doctor A. Atanda en un interesante estudio sobre este tema escribió lo siguiente: «Fuera Oduduwa un emigrante o un aventurero político, su advenimiento fue un pilar en la historia del pueblo Yoruba. Ilé Ife alcanzó preeminencia debido a este hombre.
Cualquiera que fuese su origen, la tradición tiene claro que luchó por la dirigencia política en la tierra Yoruba y también tuvo que guiar al pueblo de Ife a soportar y derrotar la agresión de algunos poderosos vecinos decididos a destruir el naciente reino».
Finalmente se considera que la revolución de Oduduwa tuvo lugar a finales del siglo IX y principios del X. A partir de él se crearon los demás reinos e imperios Yorubas.
El festival Ido u Oduduwa es uno de los más importantes festivales destinados al gran líder de la humanidad de Ilé Ife.
Se celebra con completa quietud. No hay toques de tambores, solo las tradicionales campanas. Dura seis días.
Oduduwa u Oduwa es la principal deidad adorada por los grupos Ogboni, por lo tanto en cada Iledi (Templo Ogboni) existe un fundamento de esta deidad, que siempre está acompañado por la pareja de Edanes de bronce, quienes representan a Òrìsà Nla (Obatalá) y a Oduduwa, estas figuras de forma humana están unidas por una cadena, son estos edanes de bronce lo que reciben físicamente los adoradores de Oduduwa, que a diferencia de la tradición de la diáspora cubana esta deidad se recibe en un receptáculo muchas veces guardado en un cofre, acompañado de su Èsù, de Bromú y Bronciá (divinidades inferiores) y un Osun, que es el bastón de metal que puede tener una o más aves, y va clavado en el lugar donde practica Ifá el Bàbáláwo.
Por Rafael Molina Oluwo Ifasemu para Fraternidad Ifá de las Américas.
Bibliografías consultadas: Samuel Jonhson. Lucas. Basil Davidson A History of West Africa. Akinloye Ojo – Yorùbá Omo Odùduwà Papers on Yoruba People, Language, and Culture by Yoruba Language Program Students University of Georgia.
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