Òrìsà-ńlá es la suprema divinidad de la tierra Yorùbá. Como su nombre lo dice es la gran o la más grande divinidad. Algunas veces se dice que es el padre de todos los Òrìsà de la tierra Yorùbá y que fue él quien le dio a cada una el nombre Òrìsà, nombrándolos después de él mismo. Así, el título ‘padre’ denota aquí su relación con las otras divinidades y también sugiere que era la divinidad original de quien se derivaron algunas. Es automáticamente la mayor y la principal de todas ellas. También es llamado Obàtálá, nombre que has ido interpretado como Oba-tí-ó-ńlá – “El Rey que es grande”; o como Oba-ti-àlà- ‘Rey con ropa blanca’.
De acuerdo con las tradiciones orales, Òrìsà-ńlá es muy antiguo. Fue el primero en recibir una caracterización definitiva, y eso explica porque es descrito por algunos de nuestros ancianos como la imagen o el símbolo de Òlódùmarè en la tierra. La teología Yorùbá también le llama descendencia de Òlódùmarè en el sentido de que se deriva directamente de Él y que los atributos de Òlódùmarè se revelan mediante él. Las tradiciones orales ponen mucho énfasis a enseñar que él toma después de Òlódùmarè muchos de los atributos esenciales; él es llamado por Òlódùmarè para algunas apelaciones muy significativas. Por ejemplo, es conocido como A-té-rere-káyé – ‘Él quien palea sobre toda la extensión de la tierra’; es llamado elédàá – ‘hacedor’ ya que Òlódùmarè le ha encargado la creación de la parte física del hombre, así como también la creación de la tierra y el acomodo de sus atavíos. Él es la divinidad escultora a quien se le ha dado la prerrogativa de crear como elija, así puede hacer al hombre con formas perfectas o deformadas. El jorobado, el paralítico y el albino, son las marcas especiales de su prerrogativa, aun si representan su descontento por el quebranto de algún tabú, o para mostrar que él puede hacer lo que quiera. Las deformaciones en esta categoría son llamadas Eni Òrìsà – ‘Aquellos en los que Òrìsà ha puesto su marca’, y deben de tener ciertas restricciones en cuanto a comidas y bebidas. Los albinos son una forma muy especial de Eni Òrìsà y tienen una carga más pesada de tabúes. Se cree que, constitucionalmente romperán algún punto en particular con facilidad, si no son cuidadosos con lo que comen o beben! Òrìsà-ńlá es llamado Álamo rere –‘El que maneja la cerámica elegida’ – la cerámica con la que moldea al hombre. Tenemos el dicho: Kìí şe ejó eléyín gan-ñ-gan; Òrìsà l’ó şe é tí kò fi awo bò ó – ‘La persona con dientes prominentes no debe maldecirlos: es Òrìsà quien los ha hecho y no le dio cubierta suficiente para ellos’. Y cuando una mujer está embarazada es común que en la tierra Yorùbá se diga: Kí Òrìsà ya’nà re ko ni o – ‘Permite que Òrìsà haga un buen trabajo de arte’. Se cree que cuando Òrìsà-ńlá ha terminado con su trabajo de moldear el cuerpo del hombre y Òlódùmarè ha puesto e principio vital, él se encarga de nuevo y manda al hombre hacia el mundo, cuidándolo y guiándolo para que complete su destino. Así que los Yorùbá cantan:
Eni ş’ojú, şe’mú;
Òrìsà ni maa sìn;
A-áá-‘ni b’o ti rí;
Òrìsà ni maa sin;
Eni rán mi wá:
Òrìsà ni maa sin;
Aquel que hace los ojos, hace la nariz;
Es el Òrìsà al que sirvo;
Él quien crea como elige
Es el Òrìsà al que sirvo;
Él quien me envió aquí:
Es el Òrìsà al que sirvo;
El Òrìsà es llamado también Alábàáláse – ‘El proponente que maneja el cetro’. Este titulo pertenece a Òlódùmarè. Pero nuestras tradiciones orales dicen que cuando Òrìsà-ńlá bajaba al mundo, Òlódùmarè le dio algunos de sus atributos para que así pudiera completar su trabajo de crear el mundo. Lo que le dio es llamado Òdù. En este caso significa un atributo de suprema autoridad para actuar y hablar y ser totalmente obedecido. Este Odù involucra àşe – ‘El cetro’. Es por eso que el Oòni de Ilé-Ifè debe de ir ante Òrìsà-ńlá para recibir el cetro de su oficio, para así convertirse en un gobernante divino derivado de él.
Él es llamado y conocido como Ibìkejì Èdùmàrè – ‘Delegado Òlódùmarè’. La teogonía Yorùbá enfatiza que Òrìsà-ńlá es la descendencia de Òlódùmarè y que es su representante en la tierra.
Òrìsà-ńlá representa para los Yorùbá la idea de la pureza ritual y ética, y por lo tanto la demanda y las sancione de la alta moralidad. La blancura inmaculada generalmente se relaciona con él – esto simboliza ‘santidad’ y pureza. Casi siempre es representado como un anciano vestido de blanco y portando adornos blancos. Su templo, especialmente adentro, es blanco; sus emblemas son guardados en contenedores blancos y consisten, entre otras cosas, en cascarilla y cuantas blancas. Para los sacrificios que se le ofrecen, lo que generalmente se usa es el caracol sin sangre cocinado con manteca de cacao, a pesar de que los sacerdotes cuidan que las aves y otros animales también se encuentren entre las ofrendas. El agua que se ponga en su capilla debe de ser cambiada a diario por agua limpia y fresca cada mañana. La persona que cambie el agua debe de hacerlo antes que alguien más entre. En la antigüedad, el agua tenía que ser cambiada por un virgen de impecable virtud o por una mujer que ya hubiera pasado la edad de concebir y por eso hubiera dejado de tener relaciones y que tuviera excelente reputación. Todo el camino de ida y vuelta, la que cambiaba el agua debía de ir sonando una campana, para mostrar que realizaba una misión sagrada y que no podía hablar a nadie y nadie le podía hablar. Entre los adoradores de Òrìsà-ńlá se acostumbra que deben de ser muy correctos y honestos: deben de ser claros en su corazón y su comportamiento tal como el agua que llevaron en la mañana que. Así sus vidas deben de ser tan claras como esa agua – ayée won á tòrò bí omi a-fòórò-pon – ‘Sus vidas serán claras y puras como el agua que llevan en la mañana’.
Òrìsà-ńlá disfruta de la monogamia. Según nuestras tradiciones orales, él es monogámico. Una vez se le notificó que el mundo estaba en mal estado porque los hombres no estaban haciendo bien su trabajo y había infelicidad en general. Investigando, encontró que la razón para que las cosas estuvieran así eran todas las peleas de las muchas esposas de los hombres. Así que él dijo: A ò lè gbé ààrín òjì èniyàn k’éni ó má sì wí. Òrìsà-ńlá rí onígba aya ń’lè k’ótóó f’owó mú Yemoó nìkan; a ò lé gbé ayé olùfè k’órùn k’áya jé kí ònà gún – ‘Es imposible vivir entre cuarenta personas (esposas) y evitar decir malas cosas. Òrìsà-ńlá tiene la posibilidad de desposar a doscientas mujeres y aún así permanece solamente con Yemo; alguien que tiene la responsabilidad civil de gobernar la vida de Ifè no puede esperar tener éxito si al mismo tiempo copula con una multiplicidad de esposas’.
En consecuencia de su poder creador y el Odù con el que nació, tiene el poder para hacer grandes a sus seguidores, hacerlos prosperar haciéndolos que se desarrollen y confiriéndoles bendiciones materiales. De aquí que sea llamado Àdìmúlà – ‘de quien uno depende para tener absoluta prosperidad y seguridad’. Por eso se dice de él, Ó gbé omo re, ó so ó d’ajé; ó ní kí won rérìn-ín wón rérìn-in – “Él procura a sus hijos y los hace materialmente prósperos; les da una causa para reír, y ellos ríen’. Debido a eso, la gente le reza diciendo:
Ikú ti í bá’ni gbé’lé ti f’olá ran ni!
Aláse!
Ò-so-enìkan-şoşo-d’ igba-ènìyàn!
So mí d’irún.
So mí d’igba.
So mí d’ òtà-lé-légbèje ènìyàn
Oh Muerte, Tu quien vives con una persona y le empapó con nobleza
Oh Manejador del Cetro!
Oh has que una persona se multiplique en doscientas!
Multiplicadme en cuatrocientas,
Multiplicadme en doscientas,
Multiplicadme en mil cuatrocientas dieciséis personas.
Los Yorùbá piensan en él como una persona muy anciana de un aspecto muy venerable de quien su grandeza se combina con su esplendor; también se le atribuye ser gentil, así como santo y autoritario.
Òrìsà! Etì! Eni olá!
A-f-ojó-gbogbo-tóbi;
Ó tobi, kò se é gbé;
Bàntà-banta ń’nú àlà!
O sùn ń’nú àlà,
Ó jí ń’nú àlà,
O t’inú àlà dìde.
Ba’ńlá! Oko Yemòó!
Òrìsà wu mí ní’bùdó;
Ibi’re I’Òrìsà ka’lè.
Òrìsà! El Inmovible! El Noble!
Él-quien-vive-diariamente-en-hermosa-grandeza;
Él es tan poderoso que no puede ser levantado;
Inmenso en robes blancas!
Él duerme con ropa blanca,
Él se despierta con ropa blanca,
Él se levanta con ropa blanca.
Padre Venerable! Consorte de Yemòó!
Òrìsà me deleita mientras está en el estado;
Es un lugar detectable en donde se entrona a Òrìsà.
La tradición establece el hogar terrenal de Òrìsà-ńlá en Ìgbò. Se describe como Eni tí wón bí l’óde Ìgbò tí ó rèé joba lóde Ìrànjé – ‘Él quien nació en el pueblo y fue a hacerse rey en Ìrànje’. Él es Òrìsà-ńlá, Òsèrè màgbò – ‘Òrìsà-ńlá, la divinidad de Ìgbò’. Su alabanza ciertamente fue establecido en Ìrànjé la cual es llamada su ciudad, y al mismo tiempo se desarrolló en toda la tierra Yorùbá en donde es universalmente alabado y conocido bajo uno u otro nombre. Hay muchos lugares que lo llaman su divinidad tutelar. Solamente en Ilé-Ifè, es alabado al menos bajo tres nombres. En Ifón, en donde una tradición dice que su madre nació, es conocido como Olúfón; en Ìjàyè, él es Òrìsà-Ìjàyè; en Òwu él es Òrìsà-Òwu; en Obà (cerca de Àkúré), él es Òrìsà-Olóbà: y así podríamos continuar!