«Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad». Albert Einstein.
Siempre hemos escuchado de manera constante dentro de las distintas culturas y religiones del mundo sobre el poder mágico o supremo de Dios -Olódúmáré su nombre en Yoruba-, sobre la cual debemos estar convencidos que realmente existe y a su vez parte de el cohabita en nuestro ser.
Sobre esto colocaremos un pequeño fragmento de una explicación dada sobre este tema tomada del desaparecido maestro hindú Paramahansa Yogananda:
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“No existe nada superior a Dios. Su poder sobrepasa Infinitamente los límites de la mente humana. Así pues, buscad sólo Su ayuda, lo cual no significa que deberíais volveros pasivos, inertes o crédulos, así como tampoco que deberíais despreciar el poder de vuestras propias mentes. El Señor ayuda a quienes se ayudan a sí mismos. Él os ha dotado de los poderes de la voluntad, la concentración, la fe, la razón y el sentido común, con el objeto de que hagáis uso de ellos en vuestros esfuerzos por liberaros de las perturbaciones físicas y mentales. Deberíais aplicar todos estos poderes, más apelando simultáneamente a la ayuda de Dios.”
Podemos Observar que el dicha fuerza habita dentro de nuestro interior o propio ser y puede ser alimentada con buenas acciones y motivaciones espirituales, de tal manera, cualquier movimiento, de cualquier parte del cuerpo, presupone una decisión de la voluntad. Y cada acción de esta invisible emisora de la voluntad transmite energía al cuerpo, tanto desde el creador situado en el cerebro, como desde la energía cósmica consciente que los circunda.
Lograr el dominio sobre la energía cósmica significa tomar plena conciencia de la verdadera naturaleza del Ser y de todas las acciones de la creación realizados por el Ser Supremo Olódúmáré.
Eduardo Duarte
Oluwo Omo Odù Ifalade Olaifa
Representante de Fraternidad Ifá de las Américas en Panamá.