Òrìsà-ńlá es el delegado de Òlódùmarè en la tierra en sus funciones creativas y ejecutivas, Òrúnmìlà es su delegado en aspectos relacionados con la sabiduría y su omnisciencia. El nombre Òrúnmìlà es una contracción de Òrun l’ó-mo-àtilà – ‘Solo el Cielo conoce el significado de la salvación’.
Òrúnmìlà es la divinidad del oráculo de IFA. De acuerdo con nuestras tradiciones orales, él vino a este mundo cuando fue enviado por Òlódùmarè para acompañar y aconsejar a Òrìsà-ńlá acerca de la formación de la tierra. Tenemos evidencia en las tradiciones orales de que él fue uno de las primeras creaciones de Òlódùmarè y que fue su privilegio especial el saber el origen de muchas cosas, incluyendo el origen de la mayoría de las divinidades y, por supuesto, el hombre. Históricamente se hable de otro origen de Orunmila, que tuvo padres que estaban en el cielo y que nunca visitaron la tierra – el nombre de su padre era Òrokò, y el de su madre Alájèrù. Ilé-Ifè, es de la opinión de que su padre vivió en Ilé-Ifè, en Òkè-Ìgètí, y que el nombre de su padre era Àgbònirègún (titulo que también algunos autores le dan al mismo Orummila). También se dice que el momento en el que vino al mundo fue cuando Òlódùmarè lo envió a que estableciera un claro en el desordenado mundo y supervisara lo referente al embarazo, los nacimientos, las concepciones, enfermedades, el uso de hierbas y el curso general de las cosas. De acuerdo con los Odù, cuando dejó el cielo, el primer lugar donde se detuvo fue Ùsì en la tierra de Èkìtì; sin embargo, decidió no hacer de Ùsì su hogar permanente en la tierra, a pesar de las constantes invitaciones de los habitantes que le pedían que viviera con ellos. Él solamente estableció ahí su culto y se mudó. Después se detuvo en Adó con exactamente el mismo resultado. El tercer lugar fue Ìjèsà-Obòkun (Ilésà) en donde tampoco habitó permanentemente y de nuevo solo repitió lo que ya había hecho en los dos lugares en donde se había detenido antes. Pero cuando llegó a Ilé-Ifè, estuvo satisfecho con lo que encontró y entonces se estableció ahí; pero no hasta que hizo que se supiera que él pertenecía a ‘todo el mundo’ y que estaría disponible en todo lugar y momento si era requerido o llamado. Por la forma en la que es saludado, esta íntimamente relacionado también con Òwò así como con Benin: él es llamado Ará Usí, Ará Adó; Ará Ìjèsà-Obòkun; Ará Òwò; Ará Ìbíní – Indígena de Usí; indígena de Adó; Indígena de Ìjèsa-Obòkun; Indígena de Òwò; Indígena de Benin.
No hay duda de que Òrúnmìlà es universalmente alabado en la tierra Yorùbá. Su culto puede encontrarse en cualquier lugar desde Africa hasta América. Es por eso que es un rey universal. El origen de este clamor es que los Yorùbá tienen una fe implícita en Òrúnmìlà como la divinidad del oráculo de Ifa. Òlódùmarè doto a Òrúnmìlà con una sabiduría y una visión especial, lo que hace que él sea su representante acreditado en la tierra en lo relacionado al destino del hombre. Para apoyar esta creencia, hay una historia en la que una vez el mismo Òlódùmarè estaba perplejo ante un asunto muy importante. Todas las otras divinidades lo intentaron, pero ninguna pudo decirle la razón de su perplejidad: solamente Òrúnmìlà tuvo éxito señalando la raíz del problema, y era que Òlódùmarè necesitaba a alguien quien actuara en la tierra como su delegado a quien las divinidades y los hombres pudieran remitirse en busca de algún consejo o guía. Ahí entonces, Òlódùmarè designó a Òrúnmìlà para que fuera su delegado; y desde entonces ha sido el gran ‘consultante’ en toda la tierra. Obviamente, esta es una historia formulada para enaltecer la importancia de Òrúnmìlà, sin que hubiera algún fallo de Òlódùmarè de su atributo de ‘toda-sabiduría’.
Las tradiciones orales enfatizan el lugar que Òrúnmìlà juega en guiar los destinos tanto de los hombres como las divinidades. Una razón que se da acerca de su conocimiento acerca de lo que afecta el destino del hombre es que él está presente cuando el hombre se crea y se designa su destino. Es por eso que él conoce todos los secretos del ser humano. Así puede predecir lo que sucederá o prescribir remedios contra las eventualidades. Él es llamado Elérìí ìpín – ‘El testigo del destino o la suerte. Esto se refiere a la doble concepción de él como testigo de todos los secretos conectados con el ser humano y como alguien que esta en posición para pedirle a Òlódùmarè por el hombre para que así lo que pudiera causarle infelicidad pueda ser revertido o rectificado. De hecho, la razón del por qué el hombre debe de adoptar a Òrúnmìlà como su divinidad es para asegurarse que su felicidad preservará o para que lo que le cause infelicidad se rectifique. Una de sus apelaciones es Òkítibìrí, A-pa-ojó-ikú-dà – “El gran cargador que latera la fecha de la muerte”.
Conectado a Òrúnmìlà está la forma de adivinación conocida como Ifá. El Ifá es muy popular en la tierra Yoruba y en el resto del mundo. Los Yorùbá son un tanto impacientes y curiosos con respecto al futuro o de cómo resultaran las cosas; y ellos se basan en el Ifá como una fuente segura e infalible de confort: la fe en Ifá es total. La razón de esto es que Òrúnmìlà como la divinidad del oráculo es quien a través de los sacerdotes recibe las revelaciones que el sacerdote declara. Parece imposible para un Yorùbá de quien su alma aun está anclada a sus creencias tradicionales el intentar cualquier cosa sin antes consultar el oráculo por Ifá. Siempre ha habido a través de la historia de los Yorùbá a sine qua non para la vida. Antes de un matrimonio, antes de que nazca un niño, cuando nace un niño, en las sucesivas etapas de la vida del hombre, antes de que se designe un rey, antes de que se haga jefe a alguien, antes de que alguien sea designado para algún puesto cívico, antes de que se emprenda un viaje, en tiempos de crisis, en tiempos de enfermedad, en todos y cada uno de los momentos, se consulta el Ifá para recibir su guía o alguna seguridad. Como dice el dicho, Òní larí, a ò rí òla, Òun l’ ó ńmú Bàbáláwo d’ífá oroorún – “Es el hoy lo que vemos, no vemos el mañana, por eso el Bàbáláwo consulta el oráculo cada cinco días”.
Se dice que Òrúnmìlà es lingüista y que entiende todos los lenguajes que se hablan en la tierra. Así que es fácil para él entender y dar un consejo a todos. Los Odù conectados con el Ifá contienen historias en su mayoría, sino es que todas, de las divinidades; por eso se dice que no hay nada que Òrúnmìlà no sepa de ellos. Además, los Odù contienen mucho material histórico que espera su cuidadoso análisis.
Òrúnmìlà es ‘todopoderoso’ para promover el éxito y la felicidad. Los bendecidos son aquellos que son favorecidos por Òrúnmìlà. Un recital en Ìwòrì-Méjì dice en una parte:
Ifá te’jú mó mi kí o wò míi’re;
Bí o bá te’jú mó’ni làá ‘l’ówó l’ówó:
Bí o bá te’jú mó ni làá’rí’ re
Ifá, pon tus ojos sobre mi y mírame bien:
Es cuando pones tus ojos sobre uno cuando uno se vuelve rico
Es cuando pones tus ojos sobre uno cuando uno prospera.
Tiene la reputación de ser el gran doctor. Es por eso que cada Bàbáláwo calificado debe de saber, no solo como realizar la adivinación, sino también todo los remedios herbales que se relacionan con el Odù. El Bàbáláwo clama que Òsanyìn, la divinidad de la medicina, es su hermano menor, a quien le lleva mil cuatrocientos dieciséis años!
Las tradiciones orales muestran que hay una relación muy cercana entre Òrìsà-ńlá y Òrúnmìlà. Òrìsà-ńlá es mayor y es líder. Hemos escuchado que él fue enviado para ayudar y aconsejar a Òrìsà-ńlá en los asuntos terrenales; también se nos ha dicho que él fue cuando Àtowódá golpeó a Òrìsà-ńlá con una piedra! Una tradición oral nos habla de cómo a pesar de que Òrúnmìlà era amante del vino de palma, él se abstuvo para complacer a Òrìsà-ńlá. Esta tradición dice que una vez durante un festival Òrìsà-ńlá fue a visitar a Òrúnmìlà. En esta ocasión, Òrúnmìlà quería beber vino de palma, según la costumbre, así que tenía que comprar dos nuevas calabazas para beber, una para que Òrìsà-ńlá bebiera su agua y la otra para que él bebiera su vino de palma. El hecho es que, la tradición oral enfatiza que, Òrúnmìlà no pudo abstenerse del vino de palma por mucho tiempo, porque él era alimentado con vino de palma, que era la leche del pecho de su madre. Aquí dice:
Won ò bí ìyáà mi ní’lé Ifón
Won ò bí bàbáà mi ní èrìngbòn;
Ń’ nú òpe ni mo je, ń’nú òpe ni mo mu,
Màrìwò òpe ni mo ti rìn gbonran-gbonran wá’nú ayé;
Àánú ba’ńlá, ba’ t’orìsà, ni mo se
Ti mi ò mu emu.
Mi madre no nació en Ifón;
Mi padre no nació en Èrìngbon;
De la palmera es de la que como, de la palmera es de donde bebo
Las ramas de la palmera son las que forman el camino por el que voy en este mundo;
Es por compasión al venerable padre, el padre de las divinidades
Por el que me abstengo de beber vino de palma.
Como Òrìsà-ńlá disfruta de la monogamia de sus ‘hijos’, así se les pide a los Bàbáláwo que deben de desposar solamente a una mujer. Un Odù dice que a Òrúnmìlà se le pidió que fuera monogámico. Pero al parecer, ¡él no pudo vivir con eso!
En Òrúnmìlà, encontramos nuevamente otro elemento de las demandas y sanciones de la moralidad en la religión de los Yorùbá. Está establecido que un Bàbáláwo no debe de abusar de su oficio en ninguna forma: si lo hace, nunca será recibido en el cielo. Entonces, ningún Bàbáláwo debe de usar su posición para enriquecerse de ninguna manera –si una persona es muy pobre para pagar el derecho del registro, el Bàbáláwo debe de hacerle el registro sin ningún cargo; o si la persona no puede asumir el costo del sacrificio, el Bàbáláwo debe de tomar lo que sea que pueda dar y traducir la voluntad por el hecho. Pareciera, de hecho, que el Bàbáláwo está bajo un juramento de pobreza, para ponerse al servicio de la comunidad, haciendo lo suficiente para mantenerse, su verdadera recompensa es estar al servicio de Òrúnmìlà. Ahora que el materialismo está a la orden del día, la instrucción sagrada no es muy aceptada, y hay muchos que parecen no conocerla. Los charlatanes abundan.
El templo de Òrúnmìlà usualmente está en la casa. Los emblemas que consisten principalmente en semillas de palma (dieciséis por lo menos) puestas en un tazón o en un plato con un lid, algunas piezas de colmillos de elefante gravados, y algunos cauris, son puestos en una parte elevada ya sea en la esquina o en el centro de la habitación. El Bàbáláwo debe de usar cuentas especiales en sus muñecas y sostener la piel de un animal en una mano y en la otra un rod de adivinación hecho con marfil, madera o hueso de algún animal, como la insignia de su oficio. Para el ritual de recibir algún distintivo como devoto de Òrúnmìlà, se usa el bosque.